lunes, 30 de diciembre de 2024

"ASFALTO VS VIDA" (IDEAL, 29-12-2024)


 

Asfalto vs Vida

Manuel Molina

 

            El rugido constante del tráfico y el gris omnipresente del asfalto se han convertido en la banda sonora y el paisaje de muchas de nuestras poblaciones. La progresiva eliminación de zonas verdes y la consecuente falta de suelo vegetal, sustituido implacablemente por cemento y asfalto, no es solo una cuestión estética, sino un problema de salud pública y sostenibilidad que exige una reflexión. Los espacios verdes urbanos pueden aportar enormes beneficios al barrio y a la comunidad al mejorar la salud, el bienestar social y el disfrute del medio ambiente. Su  importante papel se reconoce tanto en el carácter como en la vida que aportan, pero para visualizarlo mejor enumeraremos las principales ventajas de tales espacios: beneficio ecológico, manteniendo la biodiversidad, conservación de especies, calidad del agua y alivio visual; beneficio económico, regulando la temperatura al enfriar el aire; beneficio sociopsicológico, mejorando a quienes viven cerca de estos lugares como esparcimiento, ocio o deporte. Pese a todo ello el 55% de ciudades españolas carece de zonas verdes adecuadas.

            La falta de suelo vegetal tiene consecuencias devastadoras. En primer lugar, agrava el efecto "isla de calor" urbano. El asfalto y el cemento absorben y retienen el calor solar en mayor medida que la vegetación, elevando las temperaturas en las ciudades y generando un microclima hostil, especialmente durante los meses de verano. Como señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), "los espacios verdes son un recurso indispensable para lograr una salud sostenible en las zonas urbanas". Se promueve cada día más con preocupación que  parques, jardines y espacios naturales sean sacrificados en aras de la expansión urbana, la construcción de infraestructuras y la priorización del uso privado, que beneficia a unos pocos y obvia a muchos. Este proceso, que se ha acelerado en las últimas décadas, nos está alejando cada vez más de la naturaleza y de los beneficios que esta nos proporciona, apostando por políticas agresivas de urbanismo donde prima el asfalto y el ladrillo.

            Aportemos algo más desde el punto de vista científico, como el caso de que la ausencia de vegetación disminuye la capacidad de absorción de agua de lluvia, incrementando el riesgo de inundaciones y la erosión del suelo. Los árboles y las plantas actúan como esponjas naturales, absorbiendo el agua y previniendo escorrentías que pueden saturar los sistemas de drenaje urbanos. Y aún más, la falta de contacto con la naturaleza a diario tiene un impacto directo en nuestra salud física y mental. Numerosos estudios han demostrado que el acceso a espacios verdes reduce el estrés, mejora el estado de ánimo, fortalece el sistema inmunológico y fomenta la actividad física. Como se menciona en un artículo de ISGlobal, "las ciudades deben centrarse en recuperar suelo urbano para los espacios verdes”. No sé qué se siente cuando se decreta la tala indiscriminada de árboles y la eliminación de vegetación para cambiarlo por asfalto y ladrillo. Supongo que si alguien lo llama arboricidio tendrá la razón, aunque quiednes ejecutan quieran argumentarlo como “progreso”. Por mi parte, intento plantar árboles.

 

domingo, 15 de diciembre de 2024

"QUEMAR ARTE" (Ideal, 15-12-24)

 Hay gente que de manera reprimida lleva dentro el gusto por quemar arte o personas. La historia lo recuerda. La columna de Ideal.

Quemar arte

Manuel Molina

 

Los nazis fueron muy aficionados a quemar obras artísticas que no le convencían y así incluso realizaron exposiciones mostrando lo que era “nocivo”, como por ejemplo lo que oliese a vanguardias, para ensalzar lo “bueno” que era lo suyo. Se dio la paradoja de que Goebbels organizó una muestra en un importante edificio de Berlín para que la gente acudiera a observar el mal arte y poder escupirle o romperlo y unos cientos de metros al lado, otra para que se apreciara el verdadero arte de la causa. La sala herética se llenaba mientras la oficial tan solo acogía a quienes estaban obligados a visitarla por aquello del qué dirán. Muchos acudían a la primera a sabiendas de que era la última oportunidad de apreciar aquellos cuadros aún sin arder. El propio Hitler se implicó en el proyecto y diseñó unas cartelas denigrantes para leer junto a los cuadros “degenerados”. Le tomaron gustillo al asunto y realizaron la misma actividad con la música. Se interpretaba un concierto de autores degenerados para valorar lo contrario u ofrecer después autores afines a la causa aria. Tontos no eran y descubrieron que mejor quitar o robar obras y venderlas que meterles fuego.

En España tuvimos el caso del bibliocausto que se produjo a lo largo de la guerra civil y posteriores años con piras de libros ardiendo sacadas de bibliotecas públicas y particulares para que el fuego purificador hiciera olvidar aquellas obras que habían envenenado a parte de la sociedad española y no supusieran más peligro. En pueblos y ciudades se realizaron fogatas que se celebraban con fasto y brazo en alto. Una de las más llamativas (vaya palabra) fue la de Barcelona, donde se llegaron a quemar 70 toneladas de libros, es decir, de saber. Lo cuenta precisamente en un libro la historiadora de la complutense Ana Martínez Rus, autora de La persecución del interesante libro Hogueras, infiernos y buenas lecturas (1936-1951). Para valorar y no olvidar lo ocurrido pueden servirnos unos ejemplos de títulos que se prohibieron o quemaron en aquel momento, al modo del expurgo quijotesco, que por cierto se leyó antes de prender mecha en algunos lugares: El Libro del Buen Amor, del Arcipreste de Hita, La Celestina, de Fernando de Rojas, La educación sentimental, de Flaubert, Werther, de Goethe, La rebelión de las masas, de Ortega y Gasset; juveniles como Caperucita roja, de Perrault, que se convirtió en Caperucita azul o Los tres mosqueteros. Se entiende, tal vez que Los viajes de Gulliver fueran pasto de hoguera porque eso de los liliputienses atando al gigante, podría dar ideas.

                He invitado en una representación pública a que quienes asistían quemaran los restos de la última exposición que realicé, unas piezas de madera que en su base provenían del campo, incluso de restos supervivientes de fogatas agrícolas. Me ha dado cierta esperanza que la mayoría de personas guarda en su imaginario la idea de que no debe quemarse el arte. Aunque me preocupa qué opinan quienes no asisten a estas actividades. 




QUE(M)ARTE, PERFORMANCE EN PRIEGO

 QUE(M)ARTE ha supuesto un esperanzadora reflexión sobre la intolerancia . Un árbol de morera lo recordará en un parque sobre las cenizas de lo que fuera arte. 










lunes, 9 de diciembre de 2024

"DE IDOLATRÍA" (IDEAL, 8-12-2024)

De idolatría por Manuel Molina En las tres religiones abrahámicas, judaísmo, cristianismo e islam, la idolatría implica el culto hacia algo que no sea Dios, como si lo fueras. En estas creencias monoteístas, la idolatría se ha visto como la "adoración de dioses falsos", está prohibida y se detalla, por ejemplo, en los Diez Mandamientos. Un poco de Santo Tomas de Aquino, nos puede venir bien: “El culto de la religión no se dirige a las imágenes en sí mismas como realidades, sino que las mira bajo su aspecto propio de imágenes que nos conducen a Dios encarnado […] lo que se dirige a la imagen en cuanto tal, no se detiene en ella, sino que tiende a la realidad de la que ella es imagen” (Summa theologiae). Esa idea nos parece importante para entender lo que algún obispo actualmente nos quiere hacer ver cuando se les critica como institución, ya que están promoviendo una idolatría hasta ahora no vivida por quienes paseamos por este valle de lágrimas. Resulta muy difícil entender este continuado movimiento de santos y vírgenes todo el día por nuestras calles, incluso desde la propia religión católica, aunque sean imágenes humanas de una divinidad. Dicen que hasta de lo que se considera bueno nos hartamos si se repite en exceso. Qué tiempos aquellos en que la Semana Santa y la Navidad duraban tan solo lo que duraba la Semana Santa o la Navidad. Me he encontrado una imagen de un cristo que suele salir en procesión durante la Semana Santa, hasta tres veces en la calle, dos veces fuera de la mencionada. Cualquier excusa es buena, ya sea para rogar lluvia, visitar a otro santo, celebrar una efeméride, ya sea el decimoquinto, vigésimo, cincuentenario o aniversario de algo. Los números son maravillosos para celebrar cualquier cosa en la que se tenga intención. Ya así el calendario se vuelve goloso para elegir fecha y santo o santa a la calle. Trescientos sesenta y cinco días casi de procesiones. Con sus aclamados fastos supinos (voto a Dios que me espanta tanta grandeza, Cervantes dixit) en lo que se podría llamar la selección en forma de Magna. Para unos el summun cofrade y para otros la mayor aberración del becerro de oro bíblico. Magnánimo argumentario: “es que genera mucha riqueza en las localidades”. Veamos el Éxodo, 32, 6, cuando Aarón decide crear con las joyas de los judíos un toro de oro fundido, mientras Moisés estaba en el tema de los Diez mandamientos: “Y al día siguiente madrugaron, y ofrecieron holocaustos, y presentaron ofrendas de paz; y se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a regocijarse”. Bien traído. Cada uno puede hacer lo que le plazca, siempre y cuando respete las normas que hemos decidido aprobar para no tirarnos los trastos a la cabeza. En una Magna no hay nada malo, allá el que quiera idolatrar lo que quiera o sentirse folklórico. Lo que no me gusta de todo ello es que se haga con el dinero público de todos.

martes, 3 de diciembre de 2024

"DEMOCRACIA, ORGULLO DE SER CAJERA" (Ideal, 1-12-24)

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Manuel Molina El ser humano tiene una inclinación a convivir en sociedad, porque en tal estado se siente más ser, cerca de sus disposiciones naturales. Pero también tiene a lo contrario porque tropieza en sí mismo con la cualidad insocial que le lleva a querer disponer de todo según le place y espera. El trasfondo de este párrafo gira en torno a un filósofo y difícil persona como Inmanuel Kant. Dice este que el respeto no es un privilegio reservado para unos pocos, sino un derecho inherente a todos. El juez Eloy Velasco sabe y se le presupone mucho de derecho y consentimiento, pero ante otros colegas se vino arriba y le brotó su elevación clasista y machista en unas palabras dedicadas a la exministra Irene Montero, a la que afeaba su labor política y desconocimiento del derecho desde su puesto “de cajera del Mercadona”. La historia de la antigua democracia griega intentó un inicio del fin del dominio tiránico de divinidades, monarcas y gerifaltes; asentando la idea de que el poder tenía que deberse al pueblo. Tal como el historiador M.I. Finley nos cita, “fueron los griegos los que se dieron cuenta de que la política es un asunto humano, no divino, que es creado por y para ciudadanos”; esto se convirtió en la piedra angular de la existencia de las democracias; mostró el camino para que se intentara crear un modelo de sociedades justas o lo menos injustas posibles. Debemos a John Locke y Montesquieu la teorización de la separación de poderes, legislativo, ejecutivo y judicial, es decir, parlamento, gobierno y jueces. La tentación de adentrarse en otro se muestra siempre muy golosa y suele acabar mal. No olvidemos que el Estado existe con la finalidad de proteger a las personas de otras personas, como el caso que nos ocupa. Es decir, debemos valorar a las personas por lo que son, no por lo que tienen. Dice el doctor en Derecho Público y magistrado del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, Alfonso Villagómez, que los jueces deben ser muy prudentes a la hora de intercambiar ideas que puedan comprometer su imparcialidad, de modo que deben evitar cualquier tipo de protagonismo en los medios de comunicación (incluiríamos actos públicos). No quiere decir que no puedan exponer públicamente sus opiniones, sino más bien que éstos deben ser prudentes a la hora de compartir planteamientos “políticos” o “ideológicos”. Recordemos otras palabras de otro jurista Joaquín Urías, Profesor de Derecho Constitucional y exletrado del Tribunal Constitucional: “hay quien cree que los jueces son los guardianes de la democracia frente al autoritarismo y los excesos del poder ejecutivo. No es verdad. Quien protege a la democracia es la ley. Los jueces tienen que limitarse a aplicarla”. Demasiado juez estrella o “valientes”. Urías matiza que se transmite la idea contemplando la posibilidad de que el propio juez se crea un justiciero. Corre entonces el riesgo de sentirse legitimado para utilizar sus poderes como juez para finalidades ajenas a la justicia. Da que pensar.

sábado, 30 de noviembre de 2024

LA OBRA LITERARIA DE NICETO ALCALÁ-ZAMORA (DIARIO CÓRDOBA)

Una colaboración en Diario Córdoba (Cuadernos del sur) con motivo del 75 aniversario de la muerte del que fuera presidente de la Segunda República, que sigue en el limbo de la historia, de un lado y otro. De extraordinaria formación, también fue avezado escritor.

jueves, 28 de noviembre de 2024

COLABORACIÓN Nº 18 SUSPIRO DE ARTEMISA

Colaboración en el nº 18 de la revista de poesía Suspiro de Artemisa, como homenaje al pintor cordobés Julio Romero de Torres. Un tributo a una de sus musas Mª Teresa López.

domingo, 24 de noviembre de 2024

"DIFÍCIL INCULCAR CULTURA" (Ideal, 24-11-2014)

"Difícil inculcar cultura" Manuel Molina
Ha sido un buen año para la literatura si hablamos de Úbeda porque dos de sus habitantes (que sí, uno es de la Torre y otro de Quesada) nos han regalado dos de las novelas del año. Por un lado, “La península de las casas vacías” de David Uclés,y por otro, “Amor, casi aire” de Luis Foronda. Escribiendo sobre ambas me asaltó una duda que se sintetizaba en una pregunta, ¿cómo es que hay tanta gente que destaca en el mundo artístico procedente de esta localidad? A los mencionados se unen - que me perdonen los que no cito- Antonio Muñoz Molina, Salvador Compán, Jesús Maeso de la Torre, José Luis Villacañas, Nono Granero, Ricardo Iniesta, Nati Villar, Katy Gómez, Joaquín Sabina, Paco Ortega, Zahara o Guadalupe Plata. Una nómina destacada en proporción a los habitantes. Lancé una pregunta a algunas de mis amistades ubetenses. Quienes más humor tienen me dijeron que eran los ochíos, manjar típico de La Loma, otros no sabían a ciencia cierta cuál era la causa, pero me enfocaron el tema un par de ellos. Apuntaban a la influencia que durante décadas ejerciera desde secundaria, un profesorado con enorme bagaje cultural y capacidad para entusiasmar. Ese hecho me llevó a reflexionar sobre la importancia que los docentes ejercen en determinados pupilos a esas edades. Sirva mi propio ejemplo, que encontré la luz de la cultura a través de una profesora a la que sigo admirando. Se quejaba con amargura hace unos días el corresponsal en Cazorla de Ideal sobre la falta de interés que se viene percibiendo en el público más pequeño a la hora de acudir al festival de teatro de Cazorla. Seguramente no existe una sola causa, como en casi todo, pero me atrevo a mencionar una, que vengo percibiendo poco a poco y que cada vez va calando más. A los docentes que deberían llevar a esos pequeños hasta el teatro para poder disfrutarlo y enriquecerse culturalmente no les quedan fuerzas después de su jornada laboral, en la mayor parte de los casos, para realizar una tarea extra y montarse en un autobús con su ida y su vuelta hasta acabar una jornada con agotamiento acumulado. Desvelemos unos datos. Un porcentaje muy elevado de docentes sufre ansiedad o depresión y acude con la ingesta de ansiolíticos a las aulas. Me pondré el barro antes de la picadura, en otras profesiones también existe esta casuística. El profesorado ha sufrido un continuado incremento descorazonador de tareas burocráticas, a las que dedica ya casi el mismo tiempo que a la preparación de las clases; es asistente social, enfermero y psicólogo de madres y padres, que también toman ansiolíticos. En muchos de los casos ese esfuerzo es puramente anecdótico respecto a lo que repercute en la mejora de la enseñanza. Como si una especie de virus se hubiese propagado tal que el de la gripe, agota a los docentes y les mina la vocación. ¿Quién se sube al autobús por la tarde con cuarenta pupilos? Solo héroes.

domingo, 17 de noviembre de 2024

"LOS SACRIFICIOS" (Ideal 17-11-2024)

"Los sacrificios" Manuel Molina Alejandro Magno podría ser el héroe de los taurinos ya que fue uno de los más apasionados dirigentes en sacrificar vacas y bueyes para obtener o agradecer favores divinos. Cientos de bóvidos de una tacada se ofrecían a Zeus, Atenea, Dionisos o su preterido Heracles. Sabía mucho de puesta en escena y toda la sangrienta y cruenta parafernalia le servía para ganarse no solo el favor del Olimpo, sino también para inspirar a sus tropas y elevar su moral. Ver a su líder realizando estos rituales sagrados y contando con el apoyo divino reforzaba su espíritu y les daba confianza en la victoria. No le hacía ascos al sacrificio para averiguar el destino de una batalla y también sacrificaba para atisbar por donde iría el futuro. Tales sacrificios no eran meramente actos religiosos, sino que también formaban parte de su estrategia política, ya que le permitía mostrarse como autoridad y conquistador, como un líder divinamente inspirado y favorecido por los dioses. Nos preguntamos en pleno siglo XXI qué significado realmente alcanzaba el sacrificio de animales en la antigüedad. Simplemente era otro contexto. Según el antropólogo René Girard, el sacrificio tenía una “cualidad catártica, que liberaba tensiones dentro de una sociedad a través de sacrificios alternativos”. Girard sostiene que el sacrificio servía para dirigir el conflicto colectivo y el miedo hacia entidades externas, ya sean animales (y, recordemos, humanos), manteniendo así la cohesión social y evitando el conflicto interno. En este sentido, el sacrificio funcionó como salida para una sociedad sin un sistema de resolución de conflictos. La muerte ritualizada simbolizaba tanto el miedo a las fuerzas inexplicables de la naturaleza como los intentos humanos de controlarlas y darle sentido a lo que en apariencia se le escapaba de la lógica. En palabras del filósofo Walter Burkert, "el sacrificio era el medio por el cual los antiguos buscaban transformar el miedo en actos de devoción y reverencia". Por fortuna, la razón fue ganando peso y con el tiempo estas prácticas se volvieron más simbólicas, y en lugar de sacrificar personas o animales, se enterraban figuras de cera o estatuillas para representar a los siervos, como en el antiguo Egipto. Según la egiptóloga Salima Ikram, se reflejaba la evolución de las prácticas religiosas en las que se reemplazaba la muerte literal por un simbolismo ritual. Cuánto debemos al simbolismo. Este cambio indica cómo incluso las culturas más tempranas buscaban formas de moderar el sacrificio directo, quizás por una creciente valoración de la vida o una adaptación social a las necesidades religiosas. Pero la parte irracional sigue vigente y aprovecha cualquier resquicio para volver al sacrificio. Ahora con las tristes y trágicas inundaciones de la DANA los taurinos quieren ofrecer “sacrificios” en forma de solidaridad. Claro, fuera de temporada y colocando el espectáculo con la connotación de altruista cuando se trata de una tortura animal salvaje en pleno siglo XXI. El presidente Mazón, el incomunicado, se ve que anhelaría la figura de Alejandro Magno para nombrar en emergencias a un especialista en sacrificios, perdón, festejos taurinos.

domingo, 10 de noviembre de 2024

"INCOMPETENTES" (Ideal, 10-11-2024)

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En política pocos asuntos resultan tan perjudiciales para el bienestar de la ciudadanía como los dirigentes incompetentes. La falta de preparación y la inexperiencia en la gestión pública provocan en la actualidad estragos en diversas latitudes, se ha vuelto global como la idiotez, y esto no es simplemente una apreciación subjetiva, sino una realidad que se traduce en graves consecuencias para la sociedad, que por cierto, viene deleitándose en la elección de tales personajes (Trump, Milei, Putin, Orban, cada vez más etcéteras) .Hoy en día, la política parece más un escenario donde priman los intereses individuales y las luchas de poder, que una plataforma donde la preparación y el conocimiento estén al servicio de las personas. Ojo, que quienes pudieran ofrecer alternativa ni están, ni se les espera, pareciera que hubieran desertado. “El poder tiende a corromper, y el poder absoluto corrompe absolutamente”, dijo Lord Acton, y lo que estamos presenciando radica precisamente en eso: dirigentes que, sin estar preparados, por ejemplo, un convicto, putero, misógino, racista y odiador profesional, dirigirá EE.UU. Estos personajes alcanzan posiciones de poder y lo ejercen en detrimento de sus gobernados, que por cierto, se muestran, al menos más de la mitad, encantados. Esta falta de capacidad se traduce en ineficacia, mala gestión de recursos, falta de planificación y la repetición de errores que se podrían haber evitado con conocimientos mínimos de administración y economía, sirva todo lo que hemos apreciado incluso con alguien a quien se le presupone (cantante, pero también jurista) como el presidente de la Comunidad Valencia, Carlos Mazón, cinco horas “fuera de cobertura” en plena hecatombe. “Quien no conoce la historia está condenada a repetirla”, nos advertía ya en 1905 el filósofo George Santayana (José Agustín Nicolás, en verdad) en su obra La vida de la razón. La historia política está llena de ejemplos de gobiernos fallidos debido a la incompetencia de sus líderes, unidos a la fascinación que lograron crear en sus votantes (les suena Jesús Gil, por citar alguno). En La república Platón planteaba que “el precio de desentenderse de la política es ser gobernado por los peores hombres”. Esto nos toca a la mayoría. Si bien se refería a la responsabilidad de los ciudadanos, la cita resuena con fuerza en el contexto actual. La incompetencia política alcanza una realidad tan extendida que parece haberse vuelto el común en muchos países y regiones. Aquellos ciudadanos que ignoran los antecedentes y preparación de sus candidatos terminan eligiendo líderes que no están a la altura, y las consecuencias las pagamos la sociedad en su conjunto, incluso con vidas. Queda una esperanza con gotero, nos recordaba el reconocido escritor inglés Samuel Johnson, “la esperanza con sus fracasos, por frecuentes que sean, son menos horribles que su extinción”. Y la nave va (1983) es una metáfora cinematográfica de Federico Fellini sobre una sociedad decadente, un mundo horroroso creado por la humanidad, en ella, aparece una escena casi final donde se salva un rinoceronte, puede que esas primeras formas de vida nos hagan recuperar la decencia. O no.

domingo, 3 de noviembre de 2024

"ESPAÑA QUIERE SER UNA FIESTA" (Ideal, 3-11-24)

España quiere ser una fiesta
Manuel Molina
El jueves volvía del cementerio, que ahora mismo reluce adornado de flores y cuidados en la tumbas de los familiares, en las cuales se afana una enorme cantidad de personas, dadas al trajín de limpieza y adorno para honrar la memoria de quienes compartieron la vida con distintos lazos. Tenemos la costumbre de honrarlos en cementerios donde descansan los restos inhumados o en nichos, allí queda el último reflejo de si fueron como cantaba el poeta Jorge Manrique, “ríos grandes o pequeños” en vida y se intenta, en ocasiones, dejar constancia de ello a través de enormes y llamativas construcciones o esculturas o bien el más puro anonimato con unas simples iniciales en una lápida. Los cementerios son un lugar donde discurre paralela nuestra historia, aunque viramos alejados de ellos. Se puede analizar una época si rastreamos lo que se nos ofrece y sabemos interpretarlo, una fuente de conocimiento sobre nuestros usos y costumbres muy interesante. Conocemos mejor una sociedad si sabemos cómo se entierra. En esas volvía y con el estómago encogido, el corazón sobrecogido y regado de tristeza por las muertes tan injustas vividas en las últimas horas debido a la DANA y su voracidad, junto a la incompetencia humana, que también aporta su granito de arena. La cabeza venía con pensamientos de la “muerte malandante”, de aquello que escribió “uno de Alcalá”, arcipreste para más señas y uno de los más lúcidos acercamientos a esta cuando le dedica unos versos a la pérdida de su querida Trotaconventos, mediadora de sus mundanos amores. Me encuentro de pronto con un carnaval por las calles donde pequeños y mayores rinden un patético culto al disfraz de zombi. Se divierten en su escenificación. Divertirse siempre es sano, aunque creo que cuando el ambiente no está como popularmente se dice “para bollos” se nos carga la mirada de patetismo. Hemos aceptado que un reciente evento importado e introducido por los colegios, hostelería y comercio ha calado con firmeza en una enorme parte de la sociedad con el aliciente de que se ha convertido en una fiesta más, que ha conquistado un espacio dominado por la tristeza o la melancolía que supone recordar a nuestros ancestros unos días. Doy por perdida hace tiempo la lucha porque se entendiera que era un idiotez supina todo lo que conlleva esta celebración de Jalogüín, asentada sobre lo insustancial y la bobada mimética y consumista. Pero gusta disfrutar de otro carnaval, de la parte más despojada de la crítica social que este contempla. La fiesta se allana en un simple disfraz y unas risas. Pienso entonces que el cuerpo no estaba para estas con doscientos muertos recientes, pero el ufano mantra de nuestra sociedad repite que hay que divertirse como sea, que el carpe diem no contiene equilibrio alguno ni respeto por el dolor, cosa de tristes y malafollás, de aguafiestas. Quien no quiera divertirse que se eche a un lado o se vaya del pueblo, que diría el maestro Gila.

miércoles, 30 de octubre de 2024

"BIBLIOTECAS PÚBLICAS" (Ideal 27-10-24)

(Olivergotton)
Bibliotecas públicas
Manuel Molina
Hace años uno de los afamados “diablos” de los Rolling Stones, el guitarrista Keith Richads declaraba al periódico inglés Sunday Times lo siguiente: “cuando creces, hay dos instituciones que te afectan especialmente, la Iglesia, que pertenece a Dios, y la biblioteca, que te pertenece a ti. La biblioteca pública es enormemente igualitaria”. Tal vez sorprenda que una aspiración de Richards fuese ser bibliotecario, como dejó escrito en sus memorias. Contrasta de manera relevante la exaltación que encontramos más cerca de la sesuda intelectualidad de Borges que de una estrella del rock. Este es poseedor de una gran biblioteca y lector voraz, que realiza préstamos a sus amistades. Me identifico con sus palabras porque no hubiese alcanzado el acercamiento a la cultura del que he disfrutado si no hubiese existido una biblioteca pública cerca, donde encontraba con un simple carné un enorme repertorio de lecturas gratuitas. Crecí sin apenas libros en una casa ubicada en el campo. Ya en el pueblo, descubrí la biblioteca municipal y devoraba como incipiente lector las obras que los estantes ofrecían para su lectura. Me siguió acompañando la oferta pública a lo largo de los estudios universitarios y en los años sucesivos de investigación por hitos como la Nacional, la del Ateneo de Madrid, la Bodelian de Oxford y tantas otras, ya fuesen humildes o fastuosas. Ahora hago bastante uso de ellas como lector y en una acertada simbiosis los libros interesantes adquiridos que utilizo, una vez prestado su servicio, suelo donarlos a bibliotecas para que tengan más uso, acumulo poco en ese sentido y me reconforta que alguien los aproveche. Cuando viaje siempre visito las bibliotecas del lugar y me hago una idea de la cultura de esa localidad por la atención y cuidado que se les dedica. Me fascina las que presentan buenas vistas en edificios notables, céntricas y bien atendidas. Esta semana que se ha celebrado el día de las bibliotecas mantenía una conversación con algunos profesores sobre estas y su futuro y les apuntaba algo que me sorprende y es cómo sobreviven las bibliotecas publicas siendo un bien común, que con probabilidad pocos defenderían caso de que se prescindiese de su presencia. El neoliberalismo salvaje no ha encontrado en ellas un foco de atención para la exclusión y perduran de manera sorprendente. Y que dure, me atrevo a decir. Dentro de ellas, destacaría la importancia que han alcanzado las bibliotecas escolares andaluzas como un proyecto modélico y donde somos referente, aunque siendo conscientes de que también pueden mejorar. En las bibliotecas podemos encontrar, libros, discos, películas, noticias, ordenadores para consultar la vida y “milagros” del incombustible Keith Richards, un músico icónico que quiso ser bibliotecario. Que en Sarajevo o en Alejandría siga habiendo bibliotecas puede servirnos como ejemplo de que la humanidad contiene algo esperanzador y lo aprendido en el pasado aún somos capaces de preservarlo, quizás no tanto para aprender porque seguimos matándonos cada vez que podemos, pero sí tal vez para pensar que si hay una biblioteca, puede haber futuro.

lunes, 21 de octubre de 2024

"DE LA BOLA DE CRISTAL Y BRONCANO" (IDEAL, 20-10-24)

De La bola de cristal y Broncano Manuel Molina
Soy heredero de La bola de cristal que ha cumplido cuarenta años desde su primera emisión. Hace poco tuve la suerte de encontrarme un documental que se acercaba a la figura de su directora, Lolo Rico, una mujer con una energía y lucidez desbordantes y una capacidad inconmensurable de superar lo que el destino le tenía preparado, que no era otra cosa que una mujer paridora y con la pata quebrada. Pero su tenacidad fue tal que acabó convirtiendo sus inquietudes en la formación y disfrute de una generación que por primera vez se encontraba con todo lo que suponía una total libertad en una pantalla de televisión. Aún me recuerdo los sábados por la mañana, junto a mis sobrinos mayores disfrutando, del teatro del absurdo, del último pop británico y español, de series clásicas en fragmentos, referencias a los autores grecolatinos. Todo ello envuelto en el celofán de unas marionetas irreverentes y dicharacheras, que no soportarían la primera criba de censura o autocensura, tan libres como somos. Todo ese compendio enlatado en las seiscientas veinticinco líneas de las televisiones de entonces nos procuró a gran parte de una generación la visión horizontal de nuestro entorno, un más allá desconocido para los pequeños de pueblo, como era mi caso, en los que se descubría un mundo paralelo inexistente en lo más cercano, que comparado con la realidad no aguantaba una odiosa comparación. Se nos multiplicó la capacidad de conocer lo desconocido, aprender y desaprender, para luego cada cual poder elegir lo que se quedaba para sí mismo. A nadie se le obligaba a pensar que la Bruja Avería representaba lo peor de un capital que encontraríamos cuando creciéramos Y nos estaba esperando con los brazos abiertos para que aportáramos nuestra propia ofrenda personal en forma de hipotecas, préstamos, sueldos y condiciones de trabajo. A mí eso no me lo explicaron en otros lugares más tradicionales y me hizo pensar. Me contrarrestó de manera ingeniosa la idea de lo que era el mal, sin querer imponerla.. Por cierto, qué grande la voz de Matilde Conesa como bruja y como la mala, malísima, Angela Chaning de Falcon Crest. Ahora veo poco la televisión, me atrae lo justito porque ha derivado en un entretenimiento casi ofensivo. Considera a los televidentes en la mayoría de los casos de asimilación fronteriza o es que tal vez se persiga perpetuar ese perfil acomodado. Las salvedades tienen un horario de insomnes y hay que recurrir a los “podcast”. Por eso me ha resultado fresco que el programa La Resistencia de David Broncano, jienense de Orcera, haya aparecido en horario de máxima audiencia con algo de inquietud y respeto al coeficiente intelectual de la gran mayoría de televidentes. Después de un día cargadito apetece sentarse un rato y disfrutar de algo que no me considera medio imbécil; encima en un medio público, con dinero público. A ver cuánto dura el asunto porque a todo aquel que se sale del redil, le tienen ganas.

miércoles, 16 de octubre de 2024

"MUJERES DESPUÉS DE UN OCÉANO" (Ideal 13-10-24))

Manuel Molina
En 1949 Juanito Valderrama compuso una canción que se convirtió en un símbolo para todas aquellas personas que tuvieron que coger el petate, si lo había, y la revivían en tierra extraña, inundada de sal y agua a quienes la oían y a quienes cercanos se quedaron. Era comenzar aquellos versos de «Cuando salí de mi tierra,/volví la cara llorando,/ porque lo que más quería/ atrás me lo iba dejando» y el corazón se atamboraba. La letra tiene su peculiar historia. 'El emigrante', aunque la escribió para recordar a los exiliados de la dictadura (él había formado parte de un batallón de la CNT en la Guerra Civil), el régimen franquista la acabó promocionando como una canción patriótica. «Adiós mi España querida,/ dentro de mi alma/ te llevo metida,/ aunque soy un emigrante/ jamás en la vida/ yo podré olvidarte». Quienes salieron tras la guerra o emigraron a probar fortuna desde mediados del siglo XX hasta las fábricas francesas, alemanas o suizas tenían en común que no querían irse pero lo tuvieron que hacer. Encontraron, a veces, en la puerta de una cafetería un cartel, «españoles, no». Fuimos emigrantes. Por nuestras calles encuentro algunas mujeres jóvenes o de edad mediana acompañando a mayores. Los llevan del brazo o en sus sillas de ruedas, los sacan a a pasear, a la compra, al banco o los llevan a la visita médica. Destacan por su piel oscura, el pelo largo muy negro, el habla cadente y musical, unidos a su sonrisa luminosa y duradera. Dejaron atrás la inmensidad de un océano y el amor y cariño de sus seres más cercanos y queridos. Llegaron como nuestros emigrantes. Tal vez piensen en algún momento como en la canción: «Yo soy una pobre emigrante/ y traigo a esta tierra extraña,/ en mi pecho un estandarte». Seguro que conocen la pena de las lágrimas cuando invade la nostalgia. Cuando se trabaja todos los días de la semana se explica como 24/7 y si hay un día libre 24/6, porque algunas de ellas con sueldo muy pequeño tienen ese horario. Subsisten y envían algunos ahorros para que la familia, entre la que se encuentran los hijos, puedan acceder a lo más básico. Hacen la tareas de cuidado y limpieza. A veces, las dos cosas, dos trabajos. Mientras tanto, los nietos de quienes se tuvieron que marchar y vivir algo parecido lo han olvidado con facilidad, historietas del abuelo en Zurich, Dusseldorf o Lille. Piensan que nunca hubo necesidad y que la vida fue siempre algo parecido a un bienestar ducal, de frigorífico, mesa y techo, ropa limpia y variada en el armario, vacaciones en la playa y sacar santos varias veces al año. Recuerdo otra canción compuesta por el argentino León Gieco que vivió la dictadura en su país al final de los setenta, popularizada aquí por la rojeras Ana Belén: «Sólo le pido a Dios/ que el futuro no me sea indiferente/ desahuciado está el que tiene que marchar/ a vivir una cultura diferente».

martes, 8 de octubre de 2024

"CUCHILLOS DE ODIO" (IDEAL, 6-10-24)

Cuchillos de odio
Manuel Molina
El doce de agosto de hace dos años, Salman Rushdie, el autor británico-indio, fue apuñalado en un evento literario en Nueva York. Ocurrió cuando estaba a punto de comenzar una conferencia en la Chautauqua Institution, que paradojas de la vida, presta asistencia y alojamiento a autores amenazados por sus escritos en distintos países. Un joven armado subió al escenario y lo apuñaló repetidamente, hiriéndolo de gravedad en mano, ojo, cuello y abdomen. Rushdie fue trasladado al hospital en estado crítico, y aunque sobrevivió, quedó con secuelas físicas graves, incluida la pérdida de visión en un ojo. El incidente reavivó la discusión sobre la libertad de expresión y los riesgos que enfrentan los escritores y artistas que desafiaban las normas religiosas y culturales. A pesar de la brutalidad del ataque, el autor sigue siendo un símbolo de resistencia frente a la censura y la violencia. A Rushdie se le recuerda por la fatua que lo condenó a ser perseguido de por vida. El artífice del intento de asesinato no había leído más allá de dos páginas del autor. Ahora lo relata en un obra, Cuchillo, un libro que impacta, imaginando el encuentro con su agresor y, a través de una conversación ficcional y tratando de comprender el origen de tanto odio. La inquina es una emoción intensa y compleja que involucra múltiples áreas del cerebro y redes neuronales. Cuando una persona experimenta esa sensación, varias partes del cerebro se activan y los procesos neuroquímicos y emocionales se ponen en marcha. Entre ellas actúa de manera relevante el sistema de recompensa, en algunas zonas, las mismas áreas que se activan con emociones como el amor. Esto sugiere que, en algunos casos, el odio puede generar una sensación de "placer" o satisfacción, lo cual puede explicar por qué algunas personas se aferran a emociones negativas y las refuerzan con el tiempo. Podemos aportar algo más de los cerebros cuando se alimentan con odio, ya que este está basado a menudo en prejuicios y se alimenta de la necesidad de mantener una narrativa mental que justifique por qué alguien o algo se considera inferior o peligroso. En todo el proceso descrito está la reacción a una página en una pantalla y su reproducción sin que haya mediado un mínimo entendimiento, así que prejuicio y satisfacción se alían para que un bulo vaya de mano en mano, de perfil en perfil. Odiar es una emoción muy poderosa que moviliza múltiples áreas del cerebro, desde las estructuras más primitivas como la amígdala y el hipotálamo, hasta regiones más avanzadas como la corteza prefrontal, que regula el comportamiento; aunque puede ofrecer una sensación temporal de control o satisfacción, pero tiene el potencial de dañar la salud mental y física o ser un indicio de ello. El filósofo Eric Hoffer lo estudió en colectividades y llegó a la conclusión de que es el agente unificador más accesible y completo. Los movimientos de masas pueden levantarse sin creer en un Dios, pero nunca sin creer en un demonio.

domingo, 29 de septiembre de 2024

CLASES LAICAS (IDEAL)

Clases laicas Manuel Molina
Me encuentro sentado en torno a una mesa donde se celebra una verbena singular que rinde tributo a una popular virgen. Suelo acudir cada año tal vez en recuerdo de personas con las que compartí esos momentos y no están o se encuentran lejos, ya saben, la melancolía. En la mesa de al lado un grupo charla y dada la distancia pequeña que nos separa se escuchan las conversaciones. En un momento determinado uno de los integrantes toma la palabra. Intentaré ser lo más fiel a la reproducción de ellas porque no tienen desperdicio: “he estado en tres ferias seguidas de tres pueblos, no sé lo que me he gastado, ya lo miraré a final de mes, no me importa porque me lo paga Juanma Moreno, aunque ahora los del PP ya me parecen de izquierdas, me siento mejor de VOX, mientras siga el dictadorzuelo este que tenemos [Pedro Sánchez] que no están llevando a una guerra civil. Tengo ganas de que empiece para ponerme a matar comunistas”. Sobra la exégesis para interpretar que estamos ante un verdadero descerebrado. El problema viene cuando la persona que me acompaña matiza: es profesor de religión en varios institutos, catequista y hermano mayor de varias cofradías”. Me quedo perplejo. Añade algo más: “si tuviera hijas me preocuparía que estuviesen con él, pero me preocuparía más si tuviese hijos”. Se imaginan lo que aporta esa monstruosidad moral a una veintena o treintena de criaturas formándose en valores. El problema es que alguien lo ha elegido sin ningún filtro más allá de las relaciones personales que mantenga con la institución, que se beneficia y lo ha dejado en un aula de un instituto público. No supone la norma, conozco buenas personas que también desarrollan esa labor. Pero por lo común he conocido que la mayoría se ha dedicado a ver películas y comer chucherías en la hora de Religión, incluso se premia con viajes a lugares laicos de ocio. Su programación didáctica es un cuento de ficción, que no se utiliza lo más mínimo, salvo ese sentido de captación para la causa. En pleno siglo XXI no sé qué pinta una creencia personal en un sistema educativo. Sin embargo, en lugar de resolverlo se continúa con lo que se llama en términos de rugby como “patada hacia delante”. En lugar de relegar las creencias al espacio privado se suman más, ahora religiones como la evangélica o la musulmana ya se imparten en centros públicos, pagados con fondos públicos. No sabemos si quedará espacio para el politeísmo, el panteísmo o los Hare Krishna. Vuelvo al tema del principio. El partido mencionado en su programa electoral no atiende a la religión católica, ya que su única mención es la siguiente: “protección de las tradiciones populares, eventos religiosos y festejos taurinos propios de la España rural, frente a los ataques del progresismo y el globalismo” (sic). ¿Mataría nuestro ínclito a “comunistas católicos” como Javier Madrazo, Salvador Illa o Rosa Aguilar, entre otros? Truenos vestidos de nazareno, advirtió Machado.

miércoles, 18 de septiembre de 2024

HAIKU

Un agricultor,
después de su paso
solo los árboles.
#haikus #manuelmolinaglez

domingo, 8 de septiembre de 2024

"NO ES FÁCIL SER ANTITAURINO" (Ideal, 8-9-2024)

No es fácil ser antitaurino
Manuel Molina
Lo correcto sería que no apareciera el prefijo negativo, sino algo más objetivo, la defensa de animales que sufren tortura por placer y diversión. Pero como ven resulta muy larga la forma para referirla. Sin embargo, en esta última expresión se asienta la mayor en esta causa que se intenta obviar a conciencia. A menudo la contraargumentación que defiende la tortura animal se intenta disfrazar de otros asuntos menores como son la tradición, una supuesta “libertad” para elegir asistir a ese cruento espectáculo y que no vaya el que no quiera, la aventurada pérdida de las dehesas, el fin de una raza que no existe, puestos de trabajo que diluirían al tener que buscar otro como ocurre a quien lo pierde, más un largo etcétera ficticio y poco sólido desde la racionaliodad. No obstante, cabe decir que todas estas falacias pueden ser rebatidas y caen por su propio peso. El problema del asunto radica que una vez agotado el repertorio con su refutación pertinente aparece en los “taurinos” la descalificación gradual. Todas ellas las he vivido en primera persona, ergo las conozco. En primer lugar se acude al insulto más laso, como “perroflauta”, aunque poco consistente cuando se aprecian personas de todos los estratos sociales y condiciones en la defensa, “parásitos” es otra lindeza similar, ya ven; “a picar piedra os pondría”, reconozco que esta añade una connotación socio-histórica interesante, producto del anhelo por una parte de los defensores taurinos de una época que utilizó las corridas de toros como aquel pan y circo tan eficaz. Una vez superada esa fase se da el presupuesto que toda reivindicación de ese tipo aglutina a extremistas de izquierda y comienzan las valoraciones moralistas, si eres antitaurino estás a favor del aborto, de ETA, de abandonar a los ancianos por perros, y algo sorprendente, que no acoges a inmigrantes en tu casa (sic). La tercera fase es el insulto, qué variado es el idioma español en ese sentido, aunque predomina las acepciones sexuales y las inveteradas costumbres de vilipendiar a las madres. Culminan las fases con la amenaza. Por cuestión de espacio mencionaré las dos últimas recibidas: la genérica, cuando vaya por la calle me van a dar una paliza y otra más singular centrada en mi boca, me van a partir los dientes. Lo sentiría, he gastado mucho en ella. Y así es la vida del antitaurino, algunos incluso comen hamburguesas, fíjate tú. Lo curioso de todo esto reside en que su demanda se realiza desde el pacifismo, con quinientos años de historia desde que un Papa la reivindicara. Nuestra sociedad evoluciona y se van sumando pequeños logros como los recientes, la suspensión judicial del toro de fuego de Medinaceli, anulación del Premio Nacional de Tauromaquia con un respaldo del 90% de la sociedad, o la eliminación de corridas en Colombia. Lluvia fina. Les dejo con mi admirado San Juan de la Cruz: "correr toros es cosa peligrosísima para la conciencia de quien manda o autoriza su celebración".

viernes, 6 de septiembre de 2024

"SABER MARCHARSE" (Ideal, 15-7-2024)

Hay que saber marcharse. Nadie es imprescindible y todo es efímero, se lo recordaba a los emperadores triunfantes un esclavo a su lado. Podemos marcharnos con elegancia o de manera folletinesca. >
Saber marcharse Manuel Molina >
Saber soltar implica la capacidad de despedirnos de la forma correcta, de cerrar bien una etapa, de desprendernos de lo que nos ase a un lugar o actividad. La capacidad de saber dejar se convierte en una habilidad valiosa que requiere madurez y visión de futuro, un aprendizaje nada fácil. El senequismo nos advierte que a la hora de encontrar la felicidad debemos tener presente la tranquilidad mental y una actitud de desapego hacia las cosas materiales. La filosofía zen también nos llama la atención sobre algo verdaderamente importante: lo que más nos cuesta soltar es aquello que hemos creído perder y solo podemos perder aquello a lo que nos aferramos. Ese equilibrio no se alcanza con facilidad al tener una visión de la vida con tal perspectiva, cuando el mundo que nos rodea está cargado de miles y miles de estímulos y recordatorios sobre “lo que no tienes” y “lo que deseas” y no digamos “lo que tiene el otro”. He vivido siempre cerca del mundo político, por ideas y dedicación a tareas de gestión cultural. Mi intento de convertirme en alguien más partícipe fue efímero, pese a los numerosos llamamientos que me llegaron a lo largo del tiempo. Participé en un proyecto en el cual las propuestas factibles que realicé se eliminaron de un plumazo por alguien que desconocía la realidad de donde procedía el proyecto, que beneficiaría con bajo coste a mucha población y sin embargo, se nos conminaba a llevar a cabo otras no demandadas y sin mucho sentido. Desde entonces colaboro, pero no desde primera línea. También fui testigo de la crueldad de la política al modo shakesperiano cuando alguien con mucho poder caía en desgracia. Del agasajo y ánimo inicial de todo el grupo cercano brotaba a la par el “apuñalamiento” simbólico. Nadie te esperará si has tenido la desdicha de ser movido. Por esa circunstancia me llama la atención el apego a los cargos, que es volátil y con fecha de caducidad por más que alguien se crea imprescindible y sin caducidad, aunque alrededor todo el mundo te observe como “cadáver”. He tenido la enorme suerte de conseguir mi sustento gracias a mi trabajo y conformarme con poco, lo que me provoca una enorme suerte a la hora de haber intervenido en la dirección de variados eventos culturales. Cuando he creído que se acababa mi colaboración lo he dejado y de manera educada he hecho lo que en teatro se llama un “mutis”, dejando paso a otra persona. Tan solo en una ocasión vi venir la cuchillada trepa y antes de marcharme me quedé muy a gusto con una conversación privada en la que expliqué a una persona lo que era un mamporrero. Por lo demás, en lo que colaboro siempre he dejado claro que en el momento que se decida que no debo seguir, me marcho, y en silencio, sin alharacas. Siempre quedan muchas cosas por hacer. Afortunados los que saben irse y no se quedan alargando brazos.

lunes, 2 de septiembre de 2024

HAIKU

Bajo el fango
existe aún peor olor
que no se ve.
#haikus #manuelmolinaglez

domingo, 1 de septiembre de 2024

"PRIORIDADES INVERTIDAS" (Ideal, 1-9-24)

Prioridades invertidas Manuel Molina />
Según la Organización Mundial de la Salud se estima que por cada dólar invertido en investigación médica, se generan 2,20 dólares de valor económico a través de mejoras en la salud y la productividad, que tanto gusta al neoliberalismo. Este impacto económico subraya no solo la importancia científica, sino también el efecto que la investigación tiene en nuestras sociedades. El dinero en investigación es todo y la proporción es fácil, a mayor aporte, menor tiempo en resultados y mejores logros. La doctora. Soumya Swaminathan, científica jefe de la OMS, ha señalado: "el progreso científico ha permitido que el mundo pueda desarrollar vacunas seguras y efectivas contra la COVID-19 en menos de un año, un logro que habría sido impensable hace una década". Este hito no solo salvó millones de vidas, sino que también demostró el poder de la colaboración internacional y la importancia de acelerar la investigación. Supongo que estos datos a los negacionistas no le gustan porque nos implantaron un chip que nos controla. La anterior directora de la OMS, Margaret Chan fue clara: "El costo humano y económico de las enfermedades crónicas es devastador. Sin investigación constante y actualizada, nuestra capacidad para prevenir, tratar y gestionar estas enfermedades seguirá siendo insuficiente". Conozco científicos investigadores y me consta que las pasan canutas para encontrar financiación, tanto pública como privada. Recientemente preguntaba a un investigador de IrsiCaixa, Jorge Carrillo, sobre el precio que podría tener una vacuna eficaz para controlar una enfermedad. Se me ha quedado grabada la respuesta: “lo que cuesta un futbolista malo de primero división”. Touché. No olvidemos que a pesar de los enormes beneficios, los fondos para investigación, a menudo fluctúan debido a factores políticos y económicos. En muchos países, la financiación pública resulta insuficiente, y los investigadores dependen cada vez más de la financiación privada, lo que puede limitar la independencia de la investigación y orientar los estudios hacia áreas con mayor rentabilidad económica en lugar de aquellas con mayor necesidad social. Cada avance científico tiene el potencial de salvar vidas, reducir costos de salud y mejorar la calidad de vida de millones de personas. Para mantener este impulso, es esencial que los gobiernos, las organizaciones y la sociedad en general continúen apoyando y valorando la investigación médica. Como señaló el Doctor Francis Collins, exdirector de los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU., "La ciencia es el motor de la esperanza, y la investigación médica es el combustible que impulsa ese motor". La realidad nos demuestra que nuestra sociedad ha sido perfectamente canalizada hacia la vacuidad consentida, una indolencia que como los virus ha contagiado y arraigado para diseñar un orden de prioridades. Supongo que debe ser de primer orden obtener una aplicación pirata para poder ver el fútbol, aunque se reduzca el presupuesto de investigaciones médico-científicas. Nadie va a protestar. Y seguirán siendo ídolos quienes marquen un gol antes que quienes nos curan y dan calidad de vida. Se podría decir ante un virus mortal nuevo: “que te cure un futbolista”.

lunes, 19 de agosto de 2024

"GORDOFOBIA" (18-8-24)

Gordofobia Manuel Molina />
El debate sobre la gordofobia ha adquirido una resonancia notable de nuevo con los ataques lanzados contra la jugadora de waterpolo y medalla olímpica Paula Leitón. Nada nuevo, el enésimo. Quizás la suerte en este caso haya sido que se han topado con una cabeza bien armada y ha desmontado con pocas palabras la gratuita idiotez del ataque. La discriminación basada en el tamaño del cuerpo parece un déjà vu que nunca se ha disipado. Esa mordacidad tiene consecuencias devastadoras en la salud física, mental y emocional de millones de personas. Nadie quiere ser gordo. Sin embargo, me gustaría reflexionar sobre un aspecto que me preocupa en esta lucha: la tendencia a demonizar y atacar sin matices a quienes señalan culpables desde el cobarde anonimato y protección de las redes sociales. Daniel Sánchez Arévalo nos ofreció una interesante obra para reflexionar sobre el asunto en “Gordos”, donde un magistral Antonio de la Torre se nos presentó con 33 kilos más de su peso habitual. Los ataques a personas por su sobrepeso son un fenómeno profundamente arraigado en nuestras sociedades. No es solo una cuestión de prejuicio individual, sino de un sistema que perpetúa estándares inalcanzables de belleza y salud, desde la propia escuela, donde ya se distingue y marca a estas personas. No queda otra que intentar desafiar ese sistema, pero hacerlo a través de la condena y la agresión a nivel personal parece que perpetúa un ciclo de odio gratuito. En lugar de enfocar nuestros esfuerzos en deshumanizar al "otro" —quienquiera que ese otro sea— deberíamos centrarnos en construir una narrativa inclusiva y comprensiva. La escritora Roxane Gay acierta en señalar el epicentro del asunto en Hunger, un libro que explora su lucha con el sobrepeso: "El cuerpo es un producto de la historia. Es la historia que tú llevas y la historia que vives. Es la historia que te han contado, la historia que intentas contar". Esto no significa excusar comportamientos gordofóbicos, sino entender que estos comportamientos son el producto de una narrativa que todos hemos interiorizado y reproducimos. Lucille Clifton en un maravilloso poema alaba su caderas gruesas: “Estas caderas son caderas grandes./Necesitan espacio para moverse/ No caben en lugares pequeños/insignificantes. Estas caderas/ son caderas libres”. El cliché subsiste por encima de la educación y así encontramos siempre voluntarios para el ataque al otro, al distinto del estándar. El mérito de Laitón ha residido en una incontestable respuesta, saber cómo es su cuerpo y quererlo. La verdadera batalla contra la gordofobia no necesita más enemigos; necesita más humanidad, pero existe la variable de las redes sociales que fomentan la crítica gratuita, que se une a la carga simbólica incrustada en nuestro inconscientes, el de los cuerpos perfectos, que raramente existen de manera natural; así cuanto más alejados de ese modelo brotarán más improperios por parte de quienes tiene otras carencias, pero encuentran la posibilidad de dirigir sus ataques hacia otros ocultando las propias. No debe haber mucho orden en una cabeza de alguien así.

lunes, 12 de agosto de 2024

"PUDRIDEMUNT" (Ideal, 11-8-2024)

Pudridemunt Manuel Molina />
La política aparece como elemento imprescindible en las tragedias escritas por Shakespeare, invitándonos a descorrer la cortina de la realidad visible para adentrarnos en las sombras del poder, donde ocurre lo verdaderamente importante como los propósitos maquiavélicos o las cuchilladas para quitar del medio. El vaivén que nos provoca el autor inglés toma como basamento esa fluctuación entre lo visible y lo oculto, que conforman la verdadera realidad de un escenario político. Presenciamos el jueves pasado un intento de revivir esos dramas, creyendo alguien ser intérprete de alta comedia, pero en realidad ha sido incapaz de superar el vodevil o la astracanada, salpimentado de un enorme esperpento que alcanza los primeros puestos del ridículo más infame en la historia reciente de la política española. En Julio César encontramos el origen de todo este desatino: "Los hombres son a veces dueños de sus destinos: la culpa, querido Bruto, no es de nuestras estrellas, sino de nosotros mismos, que consentimos en ser inferiores." Carles Puigdemont, el (poc) honorable expresidente de la Generalitat ha sido siempre un político de categoría inferior; sin embargo, se ha considerado superior al modo de Gekko en la película Wall Street (1987), quien a pesar de su poder, su falta de ética y su trato despiadado hacia los demás, lo convierten en un ejemplo de alguien que se cree por encima del resto, pero resulta ínfimo como persona en términos de valores y humanidad. Ha sido el traidor por antonomasia. Reconozcamos que la política no supone el mejor lugar para buscar amistades y que la traición se convierte en parte del proceso; ahora bien, hacer de esta el modus operandi imprime una radiografía del personaje. Traidor de medalla dejando en la cárcel a su socios, experto en cambiar de opinión de un minuto a otro, aunque suponga jugar con la ilusión acumulada de personas, cizañador de familias enteras en las que obró hasta sembrar una discordia desconocida hasta entonces; y sobre todo, generador de ultraderechismo, que agazapado y un tanto anestesiado logró activar sin máscara y con peligrosa salud. Todavía no salgo de mi asombro de la ridícula charlotada en la que convirtió su gesto de pisar suelo español, mancillando aún más el nombre de exiliado, que se autoapropia como bon vivant en Waterloo y ensuciando con sus comparaciones nombres de la historia que dieron la vida por la causa de la libertad, recordemos el consejo de Josep Tarradellas, verdadero ejemplo de exilio: “en política se puede hacer de todo, menos el ridículo”. Su última víctima ha sido la policía, a la que ha utilizado para hacer uno de los papeles más “torrentescos” que hemos apreciado en este país. Es más, ahora a esos mossos d`squadra les queda camino para redimirse y recobrar credibilidad, como al resto de víctimas que va dejando este personajucho, fruta podrida que pudre al resto que toca. Espereremos que esta mamarrachada de fantasmón sea un canto de cisne y por fin, haya quedado como lo que es, un tipejo dañino, un pudridor.

domingo, 4 de agosto de 2024

"VEINTE AÑOS DE COLUMNA" (Ideal 4-8-24)

GRACIAS POR LEERME DURANTE ESTOS VEINTE AÑOS. QUIÉN LO IBA A IMAGINAR
Veinte años de columna Manuel Molina >
Corría el verano del año 2004 cuando recibí el ofrecimiento por parte de la jefa de sección de IDEAL en Jaén, Remedios Morente, de escribir durante el mes de agosto una columna semanal. Acababa asumir la delegación José Luis Adán. Visto con el tiempo, creo que se entremezclaron un poco de inconsciencia y deseo en la aceptación. Se presentaba muy apetecible la idea de poder expresar la opinión propia sobre una realidad provincial que conocía, ayudado por la procedencia externa, que me permitía tomar distancia en algunos asuntos. No lo debí hacer muy mal y me ofrecieron continuar el domingo de cada semana. Dejé claro también que en el momento que no interesara lo que escribía me podían decir adiós. Y sorpresa, aquí seguimos casi mil columnas después. La periodista Claudia Patricia. Acosta ofrece en su blog para profesionales de la comunicación lo que pudiera enjaretar una columna de opinión: «Debe ser entretenida, perspicaz, en lo posible abordar el tema con profundidad, que confiera peso a las ideas, transmita veracidad, credibilidad y lo más importante que aporte algo nuevo al lector desde una reflexión hasta un poco de humor». He pretendido escribir de manera que fuese inteligible, corroborar mi opinión con alguna voz de autoridad, buscar en los temas actuales aquellos que tal vez aparezcan más desenfocados pese a que tuvieran relevancia. Habrá quienes desde su particular lectura hayan disfrutado ese esfuerzo y goce de la escritura; y a quienes no les haya interesado. Destacaré dos vivencias. Por un lado, cuando recibo retroalimentación de quienes me leen, algunos destacan la «valentía» de tratar un asunto, que me hace pensar en silencios (auto) impuestos; y por otro lado, el mayor premio de esta columna, obtenido cuando alguien te hace llegar cómo le has podido ayudar a «decir» o señalar lo que no alcanzaba por no disponer de medios o altavoz. Impagable. El envío semanal lo reciben José Luis Adán, la mencionada jefa de sección o José Liébana, con quien me reconforta compartir palabras «filosóficas» sobre lo publicado. Cuando era más joven -cantaba Sabina- al lado se encontraban las fotos de personas que admiraba como Vicente Oya, José Luis Buendía, Fernando Arévalo, Manuel López o Enrique Seijas, que tristemente nos dejaron. También aparecían los dardos del amigo Santiago Campos, ya jubilado. Ahora, comienzo a ser de los más mayores, detrás de mi admirado amigo Alfredo Ybarra o de José Luis González (tantos años compartidos), o la nueva voz de Dori Delgado me acompañan. En la era digital, donde la información fluye rápidamente y descontrolada, los periódicos más cercanos desempeñan un papel crucial al ofrecer una plataforma para la opinión. Pienso que esta función no solo resulta esencial para mantener informada a la comunidad, sino que también fortalece el tejido democrático y fomenta el debate constructivo. Me lo creo y lo intento practicar. Todo lo público, lo medioambiental, lo justo, los necesitados o el esfuerzo me atraen para contarlo. Todavía no me han echado. Gracias por leerme

domingo, 28 de julio de 2024

"LA DIGNIDAD" (Ideal 28-7-2024)

Foto: Carlos Saura
La dignidad Manuel Molina />
Apunta la filósofa Constanza González que la dignidad es el valor supremo de la vida, nuestro derecho de ser valorados y respetados, y de ser tratados éticamente. La palabra proviene del latín DIGNITAS, y ésta de DIGNUS que significa merecedor de algo. La podemos entender bien si valoramos algunos sinónimos que emparentan con el significado: honradez, respetabilidad, nobleza, honestidad, integridad, decencia, seriedad o decoro. El Preámbulo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1966) proclama que los derechos «derivan de la dignidad inherente a la persona humana», es decir, la libertad, la paz o la justicia. El filósofo Alan Gewirth destaca la dignidad como un valor independiente de nuestros méritos, estatus, rango social o valor de mercado. Hablamos de un derecho moral básico, tanto para el sujeto como para l colectividad. Viene todo lo enumerado anteriormente a colación de una situación que vivimos y que se extiende de manera preocupante. El menosprecio a la dignidad de las personas que por alguna razón no cuadran en un estereotipo inventado y reproducido, como parte de una forma de sociedad existente en imaginarios de mentes retorcidas y reduccionistas propagadas por unos políticos de mínimos al servicio de la causa. No crean que los minusvaloro, porque su mensaje cala, sino que me preocupan y mucho. Partiré de ejemplos no muy lejanos de sociedad por la que sienten nostalgia. Hace unas décadas en cualquier pueblo las calles presentaban un aspecto mugriento y muchas casas carecían de los servicios mínimos para la propia higiene, en algunos barrios habitaban personas que pasaban hambre, desharrapados que apenas alcanzaban dignidad gracias a algún tipo de auxilio, luego estaba la caridad correspondiente a otro asunto. No podían pagarse médico, ni realizar estudios, tan solo se ofrecían como carne de trabajo malpagado. Poco a poco se fue evolucionando y se sumaba en cada logro social un peldaño de dignidad, con mucho esfuerzo y dedicación de quienes creyeron en tal causa. De pronto, aparecen descerebrados vividores con interés, sobre todo propio, en reclamar un tiempo pasado enmascarado en una especie de Arcadia añorada, donde tan solo unos pocos vivían bien, con dignidad; la gran mayoría sobrevivía. Muchos de esos insensibles sociales ni siquiera habían nacido para poder valorar lo conseguido, pero en su ignorancia intencionada propugnan una regresión de tiempos oscuros. Lo más preocupante radica en que sus progenitores, que sí vivieron esos nefastos momentos, aunque fuese en coletazos, arengan a sus vástagos como si no hubiesen visto los ojos de la indignidad, de la desgracia extendida como pobreza; ofreciéndose voluntarios en el pelotón que arropa los discursos excluyentes y totalitarios anhelantes de un mundo en el que creen serían de los elegidos y el resto seres menospreciables que nos roban, envilecen, maleducan, nos contagian morales lasas: nada como apartarlos en un espacio distinto, vedado o vallado, aunque sea metafórico, para que solo existan inter pares los autoproclamados paladines de la dignidad propia. Decía el nobel José Saramago, con mucha razón, que la dignidad no es negociable.

domingo, 21 de julio de 2024

"OLIMPISMO A GARROTAZOS" (Ideal 21-7-24)

Hace poco aportaba el filósofo José Antonio Marina un matiz sobre la libertad de expresión y de manera sucinta venía a exponer que todos debemos tener derecho a poder opinar, pero no todos debemos opinar, si no tenemos conocimiento o argumentación suficiente sobre un hecho. Desde luego, si uno recorre las redes sociales descubre que precisamente se da la circunstancia de prevalecer todo lo contrario. La socióloga Sherry Turkle, en su libro 'Reclaiming the Conversation: The Power of Conversation in the Digital Age', sostiene que «la tecnología nos distancia de la conversación auténtica y la falta de práctica aumenta la posibilidad de malentendidos mutuos y deshumanización de los demás». Esta deshumanización es evidente en las redes sociales, donde el anonimato y la distancia física parecen permitir comportamientos que nunca toleraríamos en persona. También podemos echar mano de otro filósofo, Byung-Chul Han, en su obra 'La Sociedad de la Transparencia', sugiere que la exposición constante y la búsqueda de visibilidad a toda costa «fomentan una cultura del espectáculo donde lo importante es ser visto, sin importar cómo». La mala educación está bien vista en redes sociales, convertida en un reflejo de nuestras propias deficiencias como sociedad. El afán de protagonismo a menudo degenera en provocaciones y comentarios hirientes, porque cualquier atención, aunque sea negativa, se percibe como una victoria. Tenemos un claro ejemplo en la reciente Eurocopa de fútbol y el día después a la victoria. Durante una semana se han lanzado mensajes como en el 'Duelo a garrotazos' de Goya. Se convertiría en tarea titánica simplificar las aberraciones vertidas dando razón a todo le expuesto con anterioridad en esta columna. Se ha simplificado la expresión de las ideas en dos bloques: apoyo incondicional a mi ídolo favorito/odio visceral a mi villano favorito. De hecho cuando conoces a alguien un poco y te encuentras su vómito digital, a veces sin el menor rubor de criticar lo que se practica como propio, llegando a la conclusión de que vamos mal; sobre todo con el mensaje que cala en jóvenes cachorros que apenas disciernen esa doble dualidad y mimetizan. Visto lo ocurrido tras la Eurocopa no quiero ni imaginarme lo que serán las Olimpidas de París. Me aventuro a pensar la frenética actividad de 'los Goebbels' de turno indagando en el curriculum, biografías y redes de quienes competirán bajo la bandera de España. Se encomendará a cargar las baterías excrementales para enchufar los ventiladores ante el triunfo de cualquier atleta que no cumpla con un canon establecido como propio y se diseñarán memes básicos para ridiculizar actitudes de quienes pudieran beneficiar al ídolo favorito, pero sobre todo ridiculizar al villano favorito, en el que Pedro Sánchez ocupará el número uno de los destacados, con la ínclita Isabel Díaz Ayuso a rebufo y Feijoó tercero, si quiere. Mientras tanto, espero que nos dejen disfrutar a quienes nos encanta el deporte y tenemos la ocasión de disfrutarlo en una televisión pública. Como en aquel viejo programa ya saben, a insultar

miércoles, 3 de julio de 2024

ENCUENTRO CON EL CLUB DE LECTURA DE ZAMORANOS

Mañana jueves 4 de julio compartiremos Nani Cano Montoro y un servidor encuentro con el club de lectura de Zamoranos. A las 20 horas.

martes, 2 de julio de 2024

"LOS GORRIONES" (Ideal, 30-6-2024)

Los gorriones Manuel Molina Uno de los fragmentos que más admiro de la literatura española lo insertó en Platero y yo el Nobel Juan Ramón Jiménez, referido a los gorriones una mañana de domingo, como hoy, donde podemos leer: “sin fatales obligaciones, sin esos olimpos ni esos avernos que extasían o que amedrentan a los pobres hombres esclavos, sin más moral que la suya ni más Dios que lo azul, son mis hermanos, mis dulces hermanos”. Vitales para nuestro ecosistema los diminutos gorriones no solo añaden un toque de vida a las calles que nos rodean, sino que también desempeñan roles cruciales en la ecología. Los más cercanos me conocen y esperan para que les ofrezca algunas migajas. Resultan tan amistosos como atrevidos. Los gorriones, con sus plumas marrones y canto alegre, son más que simples aves comunes. "Los gorriones son una pieza clave en el engranaje de la biodiversidad urbana", comenta el ornitólogo Juan Pérez, aún más: "su presencia indica un equilibrio saludable en el medio ambiente, ya que ayudan en el control de insectos y en la dispersión de semillas". A lo largo de los años, la relación entre humanos y gorriones ha sido simbiótica. Sin embargo, la reciente disminución en las poblaciones de gorriones en varias ciudades del mundo es alarmante. Un estudio realizado por BirdLife International destaca que "la pérdida de hábitat, la contaminación y la falta de alimentos adecuados son factores principales que contribuyen al declive de estas aves". Con lo resistentes que se muestran en esos cuerpecillos plantando cara a fornidas palomas y voraces mirlos; sin embargo, desciende su número. Los hábitat urbanos, con su crecimiento desmesurado y expansión sin escrúpulos medioambientales han reducido drásticamente los espacios verdes necesarios para que los gorriones encuentren refugio y alimento. Además, el uso de pesticidas, la contaminación del aire y la degradación del alimento afectan negativamente a su salud. Es fundamental que tomemos conciencia de esta situación y actuemos para preservar a estos pequeños héroes urbanos. "Los gorriones son indicadores de la salud ambiental de nuestras ciudades", afirma la bióloga María López. "Protegerlos no solo beneficia a estas aves, sino que también mejora la calidad de vida de los seres humanos, promoviendo un entorno más limpio y saludable". Podemos preguntarnos qué podemos hacer para ayudar. Una opción es fomentar la creación de más espacios verdes urbanos, como parques y jardines comunitarios, que proporcionen refugio y alimento a los gorriones. Además, reducir el uso de pesticidas y promover prácticas de jardinería sostenible son pasos vitales para asegurar la supervivencia de estas aves. Estos pájaros, aunque pequeños, son un recordatorio constante de la belleza y la resiliencia de la naturaleza, incluso en medio de la urbanización desenfrenada. Como nos enseñó el naturalista Henry David Thoreau, "En la naturaleza, las cosas pequeñas no son pequeñas". Los gorriones son prueba viviente de esta verdad, y es nuestra responsabilidad protegerlos y valorar su papel en el ecosistema urbano. Yo les pongo algunas migas en alféizar y les silbo para llamarlos. Acuden contentos.
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"INFANCIAS EMBRIDADAS" (Ideal 29-6-25)

Infancias embridadas Manuel Molina              La infancia se convertía en verano en una casa semioscura de sol a sol, como escribe A...