lunes, 18 de marzo de 2024

"FUMAR, DONDE SEA". (Ideal,17-3-24)

Por circunstancias he debido pasar unas semanas en un hospital público (por cierto, viva la sanidad pública) y aparte de la casuística propia de ese hecho, donde profesionales se fajan a veces no en las mejores condiciones y sin embargo, una gran mayoría aporta un plus más allá de lo que exige su trabajo. Me he encontrado con un hecho muy llamativo. Se trata de la gran cantidad de gente que fuma en los hospitales. Voy a retrotraerme para centrar la atención en lo que he apreciado. Una de las mayores estupideces que cometí en mi vida fue la de seguir la tendencia imitativa y adolescente de tragar y expulsar humo. Durante dos décadas y pico fui fumador convulsivo, de cajetilla diaria. Cuando entendí la idiotez del asunto era un poco tarde y tras varios y deprimentes intentos logré dejarlo. Mi pareja fumaba también y con los ingresos destinados a fumar (ya superado) nos compramos un coche de segunda mano. No me convertí en un converso persecutor y he respetado a quien fuma, siempre y cuando se atenga a norma, como cualquier otra circunstancia cívica. Repasando datos sobre el asunto del tabaquismo descubro que alcanzaba al 32,7% de la población mundial mayor de 15 años en el año 2000 y ha bajado al 22,3% en 2020. En España se fuma mucho ,casi 20 millones de personas (datos de la intersectorial), más mujeres que hombres. La mortalidad relacionada con el tabaco alcanza un 18,9% de fumadores y el tabaquismo continúa siendo la principal causa de morbimortalidad en nuestro país ya que se estima una media nacional de 51.870 muertes atribuibles al año al tabaco, y a nivel mundial las muertes por cáncer de pulmón se han triplicado en los últimos 20 años. No son datos halagüeños, pese al descenso de consumo. Por eso, me llama la atención la cantidad de gente que en recónditos pasillos, terrazas, ventanas y sobre carteles de 'prohibido fumar' consuma tabaco o vapee. Algunas escenas son propias de esperpento como los enfermos con suero y vías, en silla de ruedas inhalando humo o quienes con vestuario de quirófano fuman tras unos setos. 'El dilema' (2000) de Michael Mann con Al Pacino y un grandioso Russell Crowe fue una película sonada que trataba sobre un famoso escándalo de una tabacalera americana, y de cómo incluían adictivos para fomentar el consumo de sus productos. Un ingeniero de la multinacional largó cómo se incluía entre las doscientas cincuenta y pico sustancias que lleva un cigarrillo, una para potenciar la adicción; ese era su trabajo, crear dependencia. Siempre se ha comentado el doble rasero del estado con el tabaco, por un lado recauda y por otro debe pagar el costoso tratamiento del tabaquismo. Me sorprenden también las escenas de películas, incluidas con calzador, donde se debe fumar compulsivamente a cascoporro. En la segunda parte del siglo XX fumaban los buenos, luego los malos en el XXI y ahora todos. Fumar en el hospital resulta una tremenda metáfora.

martes, 20 de febrero de 2024

TALLER DE HAIKUS EN MONTALBÁN (CÓRDOBA)

Después de bastante tiempo he vuelto a un taller de haikus. Alumnado muy motivado por su profesora Fátima, en el IES Maestro Eloy Moreno de Montalbán (Córdoba)

sábado, 17 de febrero de 2024

AGRICULTURA (Ideal, 18-2-24>)

Agricultura Manuel Molina Me crié en el campo junto a mis familiares, que vivían de este como jornaleros y con unas escasas tierras que producían lo que se llamaba “el aceite del año”; ni más ni menos que el destinado a su consumo interno durante unos meses. Mi madre fue consciente de la dureza e incertidumbre que provocaba vivir en un mundo marcado por la agricultura. “Estudia, que los olivos siempre van a estar ahí”. Se repetía el mantra incómodo, pero aquellas extenuantes jornadas de cuidado de la tierra y recolección del fruto en proporción a lo obtenido me hicieron mella y tuve la suerte de poder empañarme y conseguir no vivir del campo. Siempre me he alegrado. Otros amigos de la infancia y familiares viven bien y han logrado con su meritorio esfuerzo y dedicación obtener bastantes beneficios dedicándose a esa tarea como profesión. No soy el único ejemplo, en las última décadas de casi un millón y medio de agricultores dados de alta en Francia se ha pasado a cuatrocientos mil. Tienen buenas casas, buenos coches y una buena cuenta bancaria, pero no me cambiaría. Resulta obvio también que la población dedicada a esta tarea ha envejecido y no encuentra recambio generacional para su viabilidad. Viven una situación delicada por circunstancias que en gran parte se han generado por causas ajenas a su trabajo, pero que repercuten de manera directa en sus beneficios. Han sacado los tractores a las carreteras, con lo difícil que se convierte apreciar una protesta por causas importantes en este país. El campo ha sufrido unos cambios muy considerables en los últimos tiempos. Se ha ido entregando cada vez más a la subvención europea para poder ofrecer beneficios, que en algunos casos son esenciales y en otros han propiciado que al olor del dinero las rapiñas de casos como los fondos buitre –los usureros de Catón- hayan aterrizado con el único fin de obtener beneficio rápido y como consecuencia han extendido el cultivo intensivo, el trasvase de secanos en regadío y el abuso de fitosanitarios y plaguicidas. Las generaciones de latifundios diversificados han copiado el modelo. Revolotean también moscones políticos a por tajada. El choque contra la normativa medioambiental no ha tardado tampoco en llegar. Y a estos se une el problema que genera la globalización. Es más fácil para los distribuidores agroalimentarios traer cereal de Ucrania o frutícolas de Mercosur que comprar de los propios o comprar naranjas por debajo del coste europeo en Marruecos para poder pescar en sus caladeros. Me gusta pasear por el campo, pero me entristece en ocasiones al ir descubriendo viviendas derruidas, tierras yermas abandonadas, suelos como pátinas desbrozados y árboles regados cuando hace nada eran de secano. Como popularmente se dice la pescadilla se muerde la cola: no llueve, regamos, hay sequía, regamos, no hay agua. La necesidad de producir para competir provoca peligrosos efectos secundarios. "La agricultura es la madre y la nodriza de todas las demás ciencias." proclamaba Miguel de Cervantes. Las demás deberían ayudar. ¿Habrá solución?

domingo, 21 de enero de 2024

"EL BECERRO DE ORO" (Ideal, 21-1-24)

El becerro de oro Manuel Molina Hace unos días mantenía una charla con futuros docentes de secundaria y en un momento determinado derivamos hacia la situación que vive la enseñanza en nuestro país. Prácticamente todos consideraban que su situación era preocupante por mala. Insistí en que la enseñanza no era un territorio ajeno a la realidad sino que conformaba parte de ella y lo que ocurre fuera de las aulas se traslada a ellas de manera permeable convirtiéndose en un reflejo. La abulia, apatía y menosprecio por el esfuerzo que caraterizan a gran parte de nuestros adolescentes proviene de la consecuencia generada por lo aprendido y emulado en sus casas y entorno más cercano. Fíjense que ahora se ha generado un debate en las aulas sobre idoneidad o no de los dispositivos móviles en las clases; y sin embargo, no se plantea que un joven disponga de un “pepinaco” de casi mil euros para jugar, enviar tonterías a sus amistades y admirar a otros que ofertan vídeos haciendo el ganso. La cultura del becerro de oro, una metáfora bíblica que trasciende el tiempo, se relaciona con lo anterior y se eleva como característica de nuestra sociedad contemporánea. En nuestra búsqueda desenfrenada de riqueza y éxito material, de inmediatez, a menudo sacrificamos valores elementales y profundos derivando en la insustancialidad. En este afán por acumular riquezas y fruslerías, corremos el riesgo de perder nuestra humanidad esencial. Un sociólogo, Philip Slater, nos advirtió: "El becerro de oro exige que sacrifiquemos nuestra integridad, nuestra autenticidad, nuestras relaciones y, en última instancia, nuestra propia alma". Esta cultura nos sumerge en una espiral de consumo desenfrenado, donde la felicidad se mide en posesiones más que en experiencias significativas y su ausencia o medida insuficiente en frustración. Ante este desafío, el filósofo Albert Schweitzer nos insta a reflexionar: "El éxito es no lo que se tiene, sino lo que se es". Enfrentar la cultura del becerro de oro implica un cambio de enfoque hacia valores de mayor calado: la conexión humana, la empatía y el servicio a los demás. Solo así podemos liberarnos de las cadenas de la codicia y recuperar nuestra verdadera riqueza, la esencia misma de la vida. Pongamos un ejemplo compartido. Cada celebración, Navidad, carnaval, Semana Santa o ferias locales han ido degenerando en una apuesta por lo vacuo y se han desprovisto casi por completo de sus esencias quedando relegadas a una aspiración de eterna fiesta, opulenta y sin fondo. Nuestra sociedad vive pendiente de encadenar un intrascendente hedonismo arrastrado en los días que produce insatisfacción y provoca una especie de aturdimiento fuera de esa situación. ¿Por qué nos extrañamos de que el botellón sea una necesidad entre los jóvenes? Los hemos ido relegando a ello poco a poco, lo hemos estirado y hasta los treintañeros se han sumado a un encuentro donde se bebe por beber y se deja un rastro de basura estremecedor. Una celebración como cualquiera del becerro de oro actual. No, la escuela no está mal, somos nosotros.

lunes, 15 de enero de 2024

"LA RISA MATA AL MIEDO" (Ideal 14-1-24)

La risa mata al miedo Manuel Molina La risa es una necesidad fundamental en la vida, ya que no solo proporciona un alivio instantáneo al estrés y la tensión, mandamases de nuestros días, sino que también fortalece los lazos sociales. El acto de reír juntos crea un sentido de conexión y camaradería, generando un ambiente positivo. Eso al monje y bibliotecario de El nombre de la rosa de Umberto Eco, le podía y llegó a afirmar como principio ultrateológico medieval que “La risa mata al miedo, y sin miedo no puede haber fe, porque sin miedo al diablo ya no hay necesidad de dios”. Pero es que además, la risa desde el punto de vista fisiológico libera endorfinas, mejorando el estado de ánimo y promoviendo la salud mental, ergo se convierte en liberador de pastillas. En un mundo a menudo cargado de desafíos, la risa emerge como una herramienta necesaria para enfrentar la adversidad y encontrar alegría en medio de las dificultades. Un ejemplo: ahora con nuestras gripes que postra n hay títere con ganas de risa y no digamos después de ver un informativo o visitar una red social. Un purista (un tanto aburrido utópico) como Platón proclamaba en el Filebo que la risa es un placer –hasta aquí bien-, pero al mismo tiempo afirmaba que es fea, obscena, transgresora de la armonía, de la medida, de la integridad y de la conciencia social y de los hombres libres. Oh, comulgaba con el hermano Jorge. Sin embargo, siglos después Sigmund Freud llegó a la conclusión de que la risa “recupera la libertad prístina en un proceso de desalienación”, o lo que es lo mismo en lenguaje comprensible, que es muy buena. Nietzsche, más moderado en este aspecto, también aportaba su opinión positiva. Destacaba también George Bataille la fraternidad que envuelve el hecho de la risa, en el sentido de que esta suponía un lazo de unidad social al mismo tiempo que reverso irónico de los fundamentos de una comunidad. Parece que grandes pensadores reflexionaron sobre la risa y llegaron a la conclusión de que nos beneficiaba. Decía Víctor Hugo, aunque no fuese él, en uno de los más bellos símiles sobre el asunto, que "La risa es el sol que ahuyenta el invierno del rostro humano." Resulta innegable que la risa se ha convertido en un lenguaje universal que trasciende barreras culturales, proporcionando una forma de conexión y comprensión compartida en un mundo cada vez más interconectado. Por todo ello, recomiendo que si viven cerca o planifican una visita a Úbeda no dejen de incluir un regalito para ustedes y asistan al festival “Tolón Tolón: humor por los cencerros de Úbeda”. Se toparán con un tipo de risa que necesita su complicidad, su ingenio; demasiadas veces en modo avión. Los grandísimos Juan Carlos Ortega, Carles Sans (Tricicle), Faemino y cansado, junto a David Navarro, Jesús Piña, Jaime Carava o David Cepo harán de ustedes seres igualados a los dioses, con el peligro que conlleva. La risa, sigue siendo gratis.

domingo, 7 de enero de 2024

"LA EDAD DE LA INOCENCIA" (Ideal 7-1-24)

La edad de la inocencia Manuel Molina Uno de las representaciones que más me ha impresionado de los Reyes Magos ha sido la que se encuentra en las paredes de la basílica de San Apolinar el Nuevo en Rávena. Búsquenla. Trozos de mosaicos de una factura bellísima, elaborada en torno al año 490, conforman una imagen icónica que se repetirá a partir de ese momento como la conocemos en la actualidad. Se representan los Reyes Magos postrados en adoración ante el grupo formado por la Virgen y los arcángeles, custodios del niño Jesús. En la representación aparece la imagen de la Virgen sentada y los tres reyes inclinados ofreciendo sus regalos. Tiene sentido la escena para potenciar la proclamación como Madre de Dios de la Virgen María, que se había producido uso años antes en el Concilio de Éfeso. La obra de arte que contiene el templo es conmovedora, el visitante siente estar rodeado de una extraordinaria creación que estremece. Tal vez sea esa la una de las imágenes que como impronta me han quedado de los Reyes Magos. La segunda la comparto con casi todas las personas que lean esta columna. Pertenece al tiempo de la felicidad, en que todo transcurría como algo parecido a la eternidad. Julio Llamazares escribió un largo poema que reflexionaba sobre el paso del tiempo con el acertado título de “La lentitud de los bueyes”. Una imagen sugerente para definir aquellas noches de espera y desconcierto en que una determinada magia apenas comprensible llenaba el cuerpo por dentro de inquietas hormiguitas en espera de abrir los ojos y encontrar un regalo (hubo un pasado en que había tan solo un juguete y algunos caramelos o chocolatinas). No cambiaría ese pueril nerviosismo de la ilusión por casi nada de lo vivido. Casi todo transcurría en la imaginación de un inocente crio envuelto en las sábanas que protegían de un frío ya casi desconocido para encontrar con las claras del alba –no se podía esperar más- un camión que descargaba, un muñeco articulado o el primer balón de cuero. El mundo en ese instante era perfecto. Este año he cargado un nuevo recuerdo imborrable a los dos anteriores. Me designaron cartero real para poder recibir las cartas de los más pequeños y trasladarlas a los Magos. Qué admirable es el oficio de cartero. Nunca imaginé que disfrutaría tanto escuchando uno por uno a cientos de niños, de niñas y algunos mayores. Sus deseos para la noche mágica. El espectro abarcaba a quienes pedían los últimos juegos digitales, un chico que pedía una muñeca, una chica que pedía como yo un buen balón de fútbol, hasta quien pedía tan solo ropa para él y sus familiares. Una veinteañera me pidió aprobar unas oposiciones. Bendita inocencia y esperanza luminosa que no debería abandonarnos, que de alguna manera pudiéramos afianzarla y que nos acompañara a lo largo de nuestros días. Incluso algunos más malillos declaraban que intentarían ser buenos regulares, que no está mal. Sigan con la magia.

domingo, 31 de diciembre de 2023

"AGUA Y PLÁSTICO" (IDEAL, 31-12-23)

Agua y plástico Manuel Molina Hace poco mantuve una conversación con una profesora sobre el cierre de una balsa de riego en un paraje natural. Un agricultor con posibles había plantado olivar quitando el tradicional y necesitaba agua para regarlo. No se le ocurrió otra solución que tomar una captación justo en la cabecera de una sierra, en uno de los arroyos que acogían de manera intermitente el caudal de esa montaña. Le manifesté que no me parecía bien que se llevasen a cabo ese tipo de actuaciones, cambiando un cultivo de secano en regadío con producciones no tradicionales muy agresivas contra el medio ambiente. Me recriminó que era funcionario y hablaba sin conocimiento de causa, que la gente del campo lo estaba pasando muy mal y que se tendrían que ir si no dejábamos que dispusieran del agua con libertad. Para alguien que se ha criado en el campo y ha trabajado en el olivar no era tema desconocido, pero bueno simplemente le puse el ejemplo de Doñana y le recordé como profesora que debía conocer el ciclo del agua, el arroyo lleva a un río pequeño, este a otro mediano y este a otro más grande para llegar al mar. Si cortas en un lado, falta en otro. No hay nada más que ver la cantidad de pozos ilegales y las fuentes sin caudal para entender algo. El agua es fuente de vida y sustento de ecosistemas, un recurso vital cuya preservación resulta crucial para el futuro de nuestro planeta. Como dijo el admirado sabio Jacques Cousteau, "el agua y el aire, los dos fluidos esenciales para la vida, se convierten en contaminados por nuestras actividades". Esta afirmación resalta la responsabilidad que recae sobre nosotros en cuanto a la conservación del agua. Resultan muy premonitorias las palabras de Margaret Atwood, fruto de las estadísticas: "en el futuro cercano, los sistemas de agua potable serán objeto de disputa, tal como lo son hoy el petróleo y el gas natural. La importancia del agua en el futuro del planeta es innegable. Las palabras de Leonardo da Vinci ya aportaban claridad: "el agua es la fuerza motriz de toda la naturaleza". Nuestra responsabilidad radica en proteger y preservar este recurso esencial para las generaciones venideras y para la salud misma de nuestro hogar, la Tierra. Sin embargo, el problema del agua se ve acuciado en el campo por la cantidad que basura que encuentro a mi paso. Me educaron en que cuando acudes a este no debes dejar nada de lo que has llevado. Caló. Intento que mi paso sea lo más invisible posible, como si anduviese por un territorio sagrado. Ahora bien, cualquier paseo en bicicleta por carreteras y vías secundarias de montaña se convierte en un lamentable espectáculo de basura en cunetas, bordes y arroyaderos. Latas, botes, botellas y plásticos variados ocupan como profanaciones los espacios donde debiera solo primar la tierra y la vegetación. Parece que competimos en probar si la bestialidad humana es mayor que lo natural.

martes, 26 de diciembre de 2023

"UN POQUITO DE CALMA" (Ideal, 24-12-23)

Un poquito de calma Manuel Molina Vivimos alterados, como si se tratase de una forma de ser, de entender la vida y practicarla. Un perpetuo enfado nos acompaña en la cotidianeidad. Las cuestiones políticas ocupan la mayor parte en la desafección al otro, con anterioridad ejercida contra desconocidos, pero desde que existen las redes sociales incluso se ha multiplicado hacia familiares, allegados y amistades. Observo la crispación que en apariencia gobierna los días de la mayor parte de conocidos. Que si España se rompe, que si ETA, que si “Perro” Sánchez, los insaciables indepes, el amigo español de Milei y un etcétera recurrente para entrar en discordia, ese símbolo del primer concurso de belleza de la historia, que pilló por medio al pobre Paris. La gente vive cabreada, al menos es lo que manifiestan. Incluso si no te interesa ese hervor continuado te salpica. Vas por la acera tan tranquilo y siempre habrá alguien que te recrimine que vas por un lado de la acera o que circulas a esa hora por allí o qué sé yo. Vivimos unos días en los cuales se nos saluda (y correspondemos) con un “Felices fiestas” o “Feliz Navidad”, que conllevan implícito un deseo de paz e incluso si tiramos la casa por la ventana de los deseos, de amor; en su más amplia expresión. Si nos detuviésemos un instante a valorar esa desiderata tal vez nos serviría para considerar que no vivimos, en general, muy mal. A la mayoría, por suerte, nos cobija un techo, comemos varias veces al día, un porcentaje de seres queridos nos acompaña, solemos salir a la calle y volvemos sin que nos ocurra por probabilidad nada malo. Pero no nos parece suficiente. Recurro a un ejemplo que se me quedó grabado hace tiempo en una película de Leonardo di Caprio. Como gran propietario del sur estadounidense del XIX ofrece a uno de sus esclavos favoritos la oportunidad de elegir un caballo de su mejor cuadra y este le contesta que no quiere ese caballo, que en realidad lo que desea es que los demás esclavos no lo tengan. Puede que por ahí encontremos respuesta a lo que nos ocurre. Vivimos y se nos olvida el concepto básico. Una gran parte de este planeta malvive y no le queda incluso ni el derecho a decirlo, sin embargo, quienes disfrutamos de lo más esencial nos enzarzamos en cuestiones que pertenecen más a lo abstracto que al transcurso de los días. No es consuelo, pero debiera hacernos pensar que tanta inquina retorcida no puede atraer lo bueno. Leo en El año del búfalo de Javier Pérez Andújar, siempre maravillando, que los españoles somos más de chiste de que de opinión y tal vez sea cierto. Por eso, cuando abandonamos lo primero nos cuesta navegar en lo segundo y acabamos arribando hacia el insulto de lo que consideramos contrario. El optimismo es palabra que proviene de Optimus, que significa “bueno”. Les deseo un poco de esa bondad porque lo contrario llegará solo.

domingo, 17 de diciembre de 2023

"Bibliotecas públicas, sí, por favor," (Ideal, 16-12-23)

Bibliotecas públicas, sí, por favor Manuel Molina Hace unos días leí en un apócrifo que me llegó a través de las redes sociales en el cual se aseveraba que “las bibliotecas no son solo un lugar donde obtener libros gratis. Son uno de los pocos espacios públicos que quedan en nuestra sociedad en los que se permite existir sin la expectativa de gastar dinero”. Toda una verdadera declaración de principios, sobre la defensa de que el conocimiento y las mejoras tecnológicas nunca deben olvidar a los más desfavorecidos. Y además, por supuesto, no todo debe pasar el tamiz del consumismo desaforado en el que vivimos, en el cual parece que todo tenga un precio, con independencia de su valor. Leí la reflexión justo después de adquirir en préstamo dos ejemplares para su lectura y consulta. Llevo realizando esa operación casi cincuenta años, desde que me hiciera con un carné de la biblioteca pública municipal de mi pueblo. Contaba con nueve años y me convertí en voraz lector de tebeos, cómic y libros ilustrados de Julio Verne. Qué maravilla conocer un mundo tan infinito respecto al limitado que ocupábamos. Una lectura llevó a otra y me convirtió con esa querencia en un lector adulto. No me entendería en mi paso por la tierra sin los libros y menos sin la ayuda que prestó para ello una biblioteca que ofrecía maravillosas y originales lecturas sin tener que pagar. Cuando accedo al mostrador desde donde me atienden puedo otear una pecera donde unos pequeños ruedan por el suelo sobre una especie de goma espuma con unos libros en sus manos y un par de madres, que también tumbadas, leen con ellos. Al lado, se prepara algo parecido a un escenario para un cuentacuentos que se llevará a cabo con motivo de la Navidad. Un hombre con apariencia de inmigrante realiza alguna operación a través de un ordenador, con unos cascos de audio que le permiten privacidad. Varias personas adultas leen la prensa y alguno de ellos en un libro electrónico. Todos calentitos. Hago cola tras una familia que viene a devolver unos libros y llevarse otros cuentos infantiles junto a una película en DVD. Mientras llega mi turno, observo al fondo estudiantes que alternan su mirada entre apuntes sobre folios de papel subrayados con variados colores fluorescentes y la pantalla de un ordenador portátil. Los hay como ascéticos, con la mirada en un mundo ajeno y otros nerviosos e inquietos repitiendo como mantras y alzando los ojos y la cabeza en un gesto de repetición para activar la memoria. Desde mi casa tengo la opción de solicitar en préstamo un libro digital y consultar la prensa diaria con una aplicación gratuita llamada ebiblio, que la biblioteca facilita. Debido a mi trabajo de investigación solicito una serie de libros que se encuentran en lugares alejados e incluso fuera del mercado y desde mi biblioteca habitual me los consiguen para poder utilizarlos durante un tiempo. Cuánta suerte de tener un servicio público así. Larga vida.

lunes, 11 de diciembre de 2023

"CORRE, FORREST, CORRE" (Ideal, 10-12-23)

Corre, Forrest, corre Manuel Molina Desde el comienzo de la película Forrest Gump, siempre se ve a este corriendo para poder huir. Encontró esa faceta para aliviar su dolor, tanto que se convirtió en un mantra sanador a través de las palabras de su Jenny: corre, Forrest, corre. Y no dejó de hacerlo, en principio para salvar el pellejo de los matones, pero luego sintió una irresistible llamada que le mantuvo recorriendo los EE.UU de esta a oeste y viceversa. Un día decide parar después de que le siguiera una pléyade incondicional, que consideraba una inspiración cercana a lo divino la actitud del corredor que no paró en tres años, dos meses, catorce días y dieciséis horas. De repente, como vino el impulso, se fue y decidió volver a su casa. Los seguidores le preguntan qué harán, se encuentran perdidos. La realidad supera la ficción y existe un enorme reguero de personas que al borde del sur del Gran Cañón, donde se rodaron parte de las escenas, acude a correr. La Maratón de Valencia se llevó a cabo el fin de semana. Se queda mucha gente fuera sin obtener dorsal, a la misma vez que se quedó mucha sin avanzar hasta la meta en el tiempo mínimo estipulado. Se han planteado para la próxima edición elevar la exigencia de ese mínimo generoso para poder correrla, parece que existe un perfil que camina más que corre, pero que presume de haberla finalizado exhibiendo su dorsal como una cabeza de animal salvaje en una pared. Estoy disfrutando la lectura de un libro (El movimiento del cuerpo a través del espacio, de Lionel Shriver –autora de Algo pasa con Kevin-) que trata entre otros asuntos sobre esas personas que cercanos a la jubilación o sin haber hecho nunca deporte deciden correr, pero no de una manera cualquiera, sino con el propósito de finalizar una maratón. Se compran unas buenas zapatillas, salen a la calle con un programa de entrenamiento descargado de internet y encuentran un grupo que como ellos corre a diario. No sabemos bien cómo repercutirá en la especia esta determinación porque tan solo lleva unas décadas en funcionamiento. En mi pueblo, cuando era más joven tan solo corrían así dos frikis. Lo interesante desde el punto de vista sociológico radica en la proliferación de entrenadores personales y clínicas de fisioterapia a la par que “runners”, porque no son corredores, recuérdenlo. Aunque existe otro momento mágico y epifánico por encima, el momento en que ese maratoniano ve la luz y decide correr un triatlón. Cuarenta y dos kilómetros y pico es para cobardes. Y así un día aparece en el garaje o en el trastero una bici de titanio de más de seis mil pavos. La familia, aficiones, costumbres, quedan relegadas y existe un único mantra: entrenar. El trabajo suele mantenerse, porque es lo único que prrovoca comprarse otra bicicleta más cara o ir a una prueba cada vez más lejana. Tan solo escuchan en su interior una voz que les insiste, corre, Forrest, corre.

domingo, 3 de diciembre de 2023

PRIEGÚO BÁSICO

Ya en la calle una obra que me ha acompañado durante años, que ha costado "averiguar", pero se ha quedado bastante "apañá". Espeo que quienes la lean disfruten como lo he hecho viéndola crecer y valoren la riqueza que es nuestra peculiar forma de hablar.

domingo, 26 de noviembre de 2023

EMILIO GUTIÉRREZ CABA (Ideal 26-11-23)

Emilio Gutiérrez Caba Manuel Molina Va llegando al final la vigésimo novena edición de la Muestra de Teatro de Otoño de Úbeda y se ha podido disfrutar de primeras figuras de la escena como Ana Belén, Jesús Noguero, Emma Ozores, María Luisa Merlo, Carlos Sobera, Cristina Castaño, Toni Acosta u Omar Ayuso, directores teatrales como Juan Carlos Rubio, los ubetenses Pedro Miguel Martínez o Nati Villar, la directora de la Escuela Municipal de Teatro. Entre tales se ha programado una función, “Decíamos ayer, decimos hoy”, sobre una figura de la magnitud y relevancia como es Fray Luis de León -que por cierto, parece que nunca pronunciara esa reconocida frase porque no aparece hasta dos siglos después-; pero de una deslumbrante vigencia atemporal fruto de su paso por la cárcel tras ser crítico con su propia orden y ser acusado de unas traducciones prohibidas. Enjundiosa nos resulta la sentencia: “advertido que de aquí adelante mire cómo y adonde trata cosas y materias de la cualidad y peligro que las que deste proceso resultan y tenga en ellas mucha moderación y prudencia”. Pero no solo es el fraile conquense quien nos ocupa, sino quien le ha dado voz: Emilio Gutiérrez Caba. Ha sido reconocido en Úbeda con el décimo sexto galardón Antero Guardia de la Muestra ubetense por su trayectoria en cine, teatro y televisión; en reconocimiento a su dilatada y exitosa carrera profesional, así como su aportación a la sociedad. Con varias obras ya visitó La loma y deslumbró (“Después del ensayo”, “Copenhague” o “Galdós enamorado”). No podemos menos que asegurar que es un reconocimiento de justicia para alguien que ha ocupado un espacio tan grande en la historia de la interpretación española, no solo por la saga a la que pertenece de manera continuada desde el siglo XVIII, sino por su bonhomía machadiana. Doy fe de ello en los distintos momentos que por suerte hemos compartido a lo largo de su vida, de donde siempre guardo algún grato recuerdo. Tuve la suerte de que fuese premiado en el periodo que dirigí el Festival Internacional de Teatro de Cazorla y siempre me vuelve su imagen recogiendo la Tragantía acreditadora del reconocimiento. Ese día viví junto a él varios episodios que demuestran su grandeza no solo artística, sino humana. Se une el nombre de Gutiérrez Caba a Loles León, Lluís Homar, Imanol Arias, José Sacristán –otro muy grande-, Yllana (que este año volvió con el clásico 666), La Zaranda, Concha Velasco, 'El Brujo' o Ricardo Iniesta, entre otros. He disfrutado mucho con Emilio, donde quiera que he podido asistir a verlo actuar y nunca me ha defraudado, siempre se entrega a gran altura, parece que no tuviera nunca altibajos interpretativos, aunque cada función sea distinta de cualquier otra. Tal vez ahí radique algo que lo distingue para convertirlo en uno de los más grandes actores de la interpretación en España. La resistencia a la contrariedad le une a Fray Luis, como si cada nueva aparición en el escenario fuese un nuevo y afortunado “decíamos ayer”.

lunes, 13 de noviembre de 2023

"HUÉRFANOS POLÍTICOS" (Ideal 12-11-23)

Huérfanos políticos II Manuel Molina Vaya semanita nos ha tocado presenciar con esas imágenes inauditas del cayetanismo echado a la calle como los perroflautas (que dirían ellos) a los que tanto criticaban, todo sea por “putodefender España”, pero no todo ha sido tan ligero, el monstruo ultra ha dejado la caverna y ha aparecido con banderas preconstitucionales para defender la Constitución. Les han dicho que a las barricadas y han cumplido como era de esperar. Existen mechas muy fáciles de prender con un poquito de demagogia entreverado con ganas de fiesta y si encima se ofrece una razón que cabrea a media España o más se puede alcanzar un voluntarioso grupo dispuesto a liarla parda. La España machadiana en su definición que embiste generación tras generación. Y por otro lado, asistimos expectantes y muy decepcionados a la denigrante bajada de pantalones ante la peor burguesía española, la catalana. Aquella que hizo caja con los esclavos en el siglo XIX y que siempre se muestra de perfil, nunca saciada en sus peticiones supremacistas, liante y amoral, insolidaria, cobarde, dispuesta a huir en un maletero de coche si las cosas le salen mal, pero siempre beneficiada de un sistema electoral hecho a medida para que pudiesen ser la bisagra del resto del país. Las vergüenzas pudorosas ya se las bajaron en gobiernos anteriores tanto el desmemoriado Aznar como el jarrón chino González y de aquellos polvos estos lodos. Desde Andalucía no se pude menos que asistir a toda la prebenda de pacto para investir presidente a Sánchez que avergonzados, sin tener que estar apedreando sedes del PSOE. Con un millón más de votantes que Cataluña en nuestra comunidad autónoma no tenemos nunca ningún poder de decisión gobierno tras gobierno. Desde Andalucía aportamos cifras clave para obtener mayorías absolutas, incluso gobiernos que pactan con otras minorías decisivas –tal es el caso- y nadie nos considera pieza clave. Simplemente sumamos. Asistimos ahora como convidados de piedra al beneplácito de la insolidaria lluvia de millones que gestionará la comunidad de Cataluña, con sus transferencias, su bendecido prófugo y sus condonados revolucionarios. No hacían falta alforjas para tal viaje. No sé quién nos redimirá a quienes sufrimos su ira, sus insultos y desprecios por defender un estado de derecho que no les pertenece y que pretenden apropiarse con su maquiavelismo de salón, porque ellos lo valen, porque el resto somos “us parásitos”. No creo que merezca una presidencia de gobierno tanto oprobio Y aquí nos hemos quedado quienes no comulgamos con esa infamia, aunque hayamos estado cerca ideológicamente, mirando cómo la extrema derecha crece y los indepes catalanes se convierten en los lobos que cuidarán el rebaño. Miramos hacia un lado y hacia otro y no nos representan ni los unos ni los otros. Nos hemos quedado tristemente huérfanos de representación política. No reanima pensar que dentro de cuatro años, si se llega, habrá oportunidad de intentar cambiar lo que haya ocurrido. Nunca creí ver lo que estoy viendo, como diría Alberti, ahora soy dos veces tonto.