domingo, 30 de octubre de 2022

UNA NOVELA LLENA DE FRESCURA A CARGO DE SOL LINARES

Un libro muy interesante, desarrollado con una frescura narrativa inusitada. ‘No todos los cíclopes nacen ciegos’, de la venezolana Sol Linares. Reseña en Cuadernos del sur.

lunes, 10 de octubre de 2022

POEMA HOMENAJE A ANTONIO GALA

Escribo poca poesía textual, muy lentamente. Tuve la suerte de participar en el libro de homenaje que el Ateneo de Córdoba dedica a Antonio Gala. Uno de los poemas creados de los que estoy más contento.

domingo, 9 de octubre de 2022

"CAYETANOS" IDEAL 9-10-22

MANUEL MOLINA «Hice algunas picardigüelas, reparables en aquella corta edad. Fueron todas nacidas de falta de amor a mis iguales, y de temor y respeto a mis mayores». Así reflexionaba sobre su pasado estudiantil el salmantino Diego de Torres Villarroel, destacado escritor del siglo XVIII. Nuestra literatura ofrece ejemplos de que a lo largo del tiempo el binomio joven y universitario no es proporcional al lado del raciocinio de los libros o la reflexión del estudio. El Buscón, la novela de Quevedo, cada vez más relegada al ostracismo lector gracias al abandono curricular y el mesianismo de lecturas de fácil digestión, purés infantiles, nos narra el recibimiento de un nuevo estudiante en la universidad y las vejaciones a las que debe rendir pleitesía y aceptar sin reparo. La tradición, ese vocablo tan presto en boca de quienes consideran que lo suyo es parte de lo común, ha de mantenerse aunque alcance vejaciones y «esa falta de amor a los iguales». Lo que más me preocupa a día de hoy es la escalada de precios que afectan sobre todo a los más desfavorecidos, la inflación galopante, políticas poco acertadas de quienes gobiernan que o bien suben impuestos desproporcionados o renuncian a los más lógicos, me produce desasosiego que la sanidad y la educación sean mercancías en manos de los que solo ven negocio, que las cifras del paro en Jaén se enquisten y me preocupa una guerra sin sentido en pleno siglo XXI en Europa. Una vez aclarada esta declaración de principios, creo que me considero en disposición de opinar sobre los cabestros que gritan imbecilidades desde sus ventanas de colegio mayor, con una 'performance' coral hacia las ventanas de unas chicas, oh sorpresa, que consideran la retahíla de exabruptos y despropósitos algo normal, porque es 'tradición'. No soy muy amigo de lo políticamente correcto, moderna jáquima del pensamiento, ni me voy a escandalizar por lo que un cachorro de la élite profiera. Pero ha sido curioso que la viralidad del hecho nos haga enfocar una parte de nuestra sociedad. Un grupo social de este país, illo tempore, ha considerado que lo suyo y parte de lo común les pertenece y lo acota como mecanismo de defensa. Ha utilizado variados mecanismos para que se perpetúe su oficio y beneficio. Uno de ellos es la falta de relación con el ajeno, con el otro. Así crea sus propios colegios y residencias para los vástagos, ellos y ellas separados, pero cerca, así no se mezcla más que lo suficiente y reproducen el pedigrí, como los perros de raza. Mantiene su distanciado transcurrir en urbanizaciones acotadas, puertos deportivos exclusivos o lugares de ocio selectivos. Incluso perdura una presencia identitaria con ropa, calzado o peinado que exhiben como pertenencia a centros educativos particulares, a un estrato social. Algo que resulta a veces, clónico y curioso porque pueden pasar años y el modelo de apariencia se perpetúa como rasgo comunitario. No sorprenden ni las palabras soeces de ellos, ni la justificación de ellas. Son así.

domingo, 2 de octubre de 2022

"HAY ALGUIEN AHÍ" IDEAL 2-10-2022

Hay alguien ahí Manuel Molina El cineasta holandés Anthony van der Meer realizó hace unos años un experimento muy singular, instalando una aplicación en su teléfono móvil y expuesto adecuadamente para que se lo robaran. El fin no era otro que obtener a partir de lo instalado mediante fotografías, vídeo, audios y ubicación, toda la información sobre esa persona. El ladrón no reinició el teléfono al robarlo, pero Van der Meer pudo hacerse con toda la información que generaba e incluso saber las rutas por las que se movía, incluidas también las conversaciones mantenidas. El resultado final fue un cortometraje de 21 minutos, titulado "Find my phone", donde demostraba la exposición que hacemos de manera involuntaria a través de nuestros teléfonos móviles. Supongo que a cualquiera nos ha pasado algo parecido, cambiando temática, a lo siguiente: mantienes una conversación con tu pareja sobre un asunto, imaginemos un posible viaje futuro a Italia en el que dialogas sobre posibles ciudades e intereses para recorrerlas y visitarlas. Una de ellas es la ciudad donde está enterrado el cuerpo del escritor Dante Alighieri. Al día siguiente, aparecen al entrar en las redes sociales propias mensajes sobre qué diez monumentos importantes visitar en Rávena, tu compañía telefónica te advierte que puedes activar el nuevo sistema de llamadas desde el extranjero y recibes un correo de una gran librería con una oferta personalizada de la Divina Comedia. Repasas durante un instante si consultaste alguna página en ese instante. Negativo, solo fue una conversación, ergo: ¿cómo ha llegado ese diálogo bien ordenado, filtrado y etiquetado a quienes tienen interés en “venderme” algo relacionado. Produce inquietud. El Gran Hermano de Orwell parece un catecismo antes de la era digital. Dado que vas más allá, te planteas una derivada, obtener información tuya a través del teléfono móvil para venderte algo de manera personalizada es ilegal, pero no tan grave si la intención es obtener datos de tu privacidad para intereses espurios. Recordemos hace unos años la amenaza que sufrió la empresa que gestiona una aplicación móvil muy utilizada, tras haberle robado las conversaciones privadas de unos diez millones de personas. Es muy importante la información de lo que se sabe sobre nosotros, pero es muchísimo más importante la que no se conoce de manera pública, nuestros verdaderos gustos, hábitos y opiniones. Imaginen por un momento el poder de quien alcanzara una herramienta que se lo proporcionase. Tal vez ya no estemos ante una suposición. Las cámaras de videoconferencia vienen ya con una tapa para el objetivo, cuando no se utilizan, te recomiendan cerrar micros en aparatos tecnológicos si no los usas y tan solo activar la ubicación cuando la necesites. Como contaba el maestro Miguel Gila en un chiste, había aparecido un cadáver en la entrada de un bloque de pisos, todos sabían quién era el principal sospechoso y se dirigían a él diciéndole: “parece que alguien ha matado a alguien”. ¿Quién nos defiende de tal vigilancia?, ¿cómo podemos ser manipulados si saben de nuestros pensamientos privados? Da miedo.