domingo, 31 de diciembre de 2023

"AGUA Y PLÁSTICO" (IDEAL, 31-12-23)

Agua y plástico Manuel Molina Hace poco mantuve una conversación con una profesora sobre el cierre de una balsa de riego en un paraje natural. Un agricultor con posibles había plantado olivar quitando el tradicional y necesitaba agua para regarlo. No se le ocurrió otra solución que tomar una captación justo en la cabecera de una sierra, en uno de los arroyos que acogían de manera intermitente el caudal de esa montaña. Le manifesté que no me parecía bien que se llevasen a cabo ese tipo de actuaciones, cambiando un cultivo de secano en regadío con producciones no tradicionales muy agresivas contra el medio ambiente. Me recriminó que era funcionario y hablaba sin conocimiento de causa, que la gente del campo lo estaba pasando muy mal y que se tendrían que ir si no dejábamos que dispusieran del agua con libertad. Para alguien que se ha criado en el campo y ha trabajado en el olivar no era tema desconocido, pero bueno simplemente le puse el ejemplo de Doñana y le recordé como profesora que debía conocer el ciclo del agua, el arroyo lleva a un río pequeño, este a otro mediano y este a otro más grande para llegar al mar. Si cortas en un lado, falta en otro. No hay nada más que ver la cantidad de pozos ilegales y las fuentes sin caudal para entender algo. El agua es fuente de vida y sustento de ecosistemas, un recurso vital cuya preservación resulta crucial para el futuro de nuestro planeta. Como dijo el admirado sabio Jacques Cousteau, "el agua y el aire, los dos fluidos esenciales para la vida, se convierten en contaminados por nuestras actividades". Esta afirmación resalta la responsabilidad que recae sobre nosotros en cuanto a la conservación del agua. Resultan muy premonitorias las palabras de Margaret Atwood, fruto de las estadísticas: "en el futuro cercano, los sistemas de agua potable serán objeto de disputa, tal como lo son hoy el petróleo y el gas natural. La importancia del agua en el futuro del planeta es innegable. Las palabras de Leonardo da Vinci ya aportaban claridad: "el agua es la fuerza motriz de toda la naturaleza". Nuestra responsabilidad radica en proteger y preservar este recurso esencial para las generaciones venideras y para la salud misma de nuestro hogar, la Tierra. Sin embargo, el problema del agua se ve acuciado en el campo por la cantidad que basura que encuentro a mi paso. Me educaron en que cuando acudes a este no debes dejar nada de lo que has llevado. Caló. Intento que mi paso sea lo más invisible posible, como si anduviese por un territorio sagrado. Ahora bien, cualquier paseo en bicicleta por carreteras y vías secundarias de montaña se convierte en un lamentable espectáculo de basura en cunetas, bordes y arroyaderos. Latas, botes, botellas y plásticos variados ocupan como profanaciones los espacios donde debiera solo primar la tierra y la vegetación. Parece que competimos en probar si la bestialidad humana es mayor que lo natural.

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