sábado, 30 de noviembre de 2024

LA OBRA LITERARIA DE NICETO ALCALÁ-ZAMORA (DIARIO CÓRDOBA)

Una colaboración en Diario Córdoba (Cuadernos del sur) con motivo del 75 aniversario de la muerte del que fuera presidente de la Segunda República, que sigue en el limbo de la historia, de un lado y otro. De extraordinaria formación, también fue avezado escritor.

jueves, 28 de noviembre de 2024

COLABORACIÓN Nº 18 SUSPIRO DE ARTEMISA

Colaboración en el nº 18 de la revista de poesía Suspiro de Artemisa, como homenaje al pintor cordobés Julio Romero de Torres. Un tributo a una de sus musas Mª Teresa López.

domingo, 24 de noviembre de 2024

"DIFÍCIL INCULCAR CULTURA" (Ideal, 24-11-2014)

"Difícil inculcar cultura" Manuel Molina
Ha sido un buen año para la literatura si hablamos de Úbeda porque dos de sus habitantes (que sí, uno es de la Torre y otro de Quesada) nos han regalado dos de las novelas del año. Por un lado, “La península de las casas vacías” de David Uclés,y por otro, “Amor, casi aire” de Luis Foronda. Escribiendo sobre ambas me asaltó una duda que se sintetizaba en una pregunta, ¿cómo es que hay tanta gente que destaca en el mundo artístico procedente de esta localidad? A los mencionados se unen - que me perdonen los que no cito- Antonio Muñoz Molina, Salvador Compán, Jesús Maeso de la Torre, José Luis Villacañas, Nono Granero, Ricardo Iniesta, Nati Villar, Katy Gómez, Joaquín Sabina, Paco Ortega, Zahara o Guadalupe Plata. Una nómina destacada en proporción a los habitantes. Lancé una pregunta a algunas de mis amistades ubetenses. Quienes más humor tienen me dijeron que eran los ochíos, manjar típico de La Loma, otros no sabían a ciencia cierta cuál era la causa, pero me enfocaron el tema un par de ellos. Apuntaban a la influencia que durante décadas ejerciera desde secundaria, un profesorado con enorme bagaje cultural y capacidad para entusiasmar. Ese hecho me llevó a reflexionar sobre la importancia que los docentes ejercen en determinados pupilos a esas edades. Sirva mi propio ejemplo, que encontré la luz de la cultura a través de una profesora a la que sigo admirando. Se quejaba con amargura hace unos días el corresponsal en Cazorla de Ideal sobre la falta de interés que se viene percibiendo en el público más pequeño a la hora de acudir al festival de teatro de Cazorla. Seguramente no existe una sola causa, como en casi todo, pero me atrevo a mencionar una, que vengo percibiendo poco a poco y que cada vez va calando más. A los docentes que deberían llevar a esos pequeños hasta el teatro para poder disfrutarlo y enriquecerse culturalmente no les quedan fuerzas después de su jornada laboral, en la mayor parte de los casos, para realizar una tarea extra y montarse en un autobús con su ida y su vuelta hasta acabar una jornada con agotamiento acumulado. Desvelemos unos datos. Un porcentaje muy elevado de docentes sufre ansiedad o depresión y acude con la ingesta de ansiolíticos a las aulas. Me pondré el barro antes de la picadura, en otras profesiones también existe esta casuística. El profesorado ha sufrido un continuado incremento descorazonador de tareas burocráticas, a las que dedica ya casi el mismo tiempo que a la preparación de las clases; es asistente social, enfermero y psicólogo de madres y padres, que también toman ansiolíticos. En muchos de los casos ese esfuerzo es puramente anecdótico respecto a lo que repercute en la mejora de la enseñanza. Como si una especie de virus se hubiese propagado tal que el de la gripe, agota a los docentes y les mina la vocación. ¿Quién se sube al autobús por la tarde con cuarenta pupilos? Solo héroes.

domingo, 17 de noviembre de 2024

"LOS SACRIFICIOS" (Ideal 17-11-2024)

"Los sacrificios" Manuel Molina Alejandro Magno podría ser el héroe de los taurinos ya que fue uno de los más apasionados dirigentes en sacrificar vacas y bueyes para obtener o agradecer favores divinos. Cientos de bóvidos de una tacada se ofrecían a Zeus, Atenea, Dionisos o su preterido Heracles. Sabía mucho de puesta en escena y toda la sangrienta y cruenta parafernalia le servía para ganarse no solo el favor del Olimpo, sino también para inspirar a sus tropas y elevar su moral. Ver a su líder realizando estos rituales sagrados y contando con el apoyo divino reforzaba su espíritu y les daba confianza en la victoria. No le hacía ascos al sacrificio para averiguar el destino de una batalla y también sacrificaba para atisbar por donde iría el futuro. Tales sacrificios no eran meramente actos religiosos, sino que también formaban parte de su estrategia política, ya que le permitía mostrarse como autoridad y conquistador, como un líder divinamente inspirado y favorecido por los dioses. Nos preguntamos en pleno siglo XXI qué significado realmente alcanzaba el sacrificio de animales en la antigüedad. Simplemente era otro contexto. Según el antropólogo René Girard, el sacrificio tenía una “cualidad catártica, que liberaba tensiones dentro de una sociedad a través de sacrificios alternativos”. Girard sostiene que el sacrificio servía para dirigir el conflicto colectivo y el miedo hacia entidades externas, ya sean animales (y, recordemos, humanos), manteniendo así la cohesión social y evitando el conflicto interno. En este sentido, el sacrificio funcionó como salida para una sociedad sin un sistema de resolución de conflictos. La muerte ritualizada simbolizaba tanto el miedo a las fuerzas inexplicables de la naturaleza como los intentos humanos de controlarlas y darle sentido a lo que en apariencia se le escapaba de la lógica. En palabras del filósofo Walter Burkert, "el sacrificio era el medio por el cual los antiguos buscaban transformar el miedo en actos de devoción y reverencia". Por fortuna, la razón fue ganando peso y con el tiempo estas prácticas se volvieron más simbólicas, y en lugar de sacrificar personas o animales, se enterraban figuras de cera o estatuillas para representar a los siervos, como en el antiguo Egipto. Según la egiptóloga Salima Ikram, se reflejaba la evolución de las prácticas religiosas en las que se reemplazaba la muerte literal por un simbolismo ritual. Cuánto debemos al simbolismo. Este cambio indica cómo incluso las culturas más tempranas buscaban formas de moderar el sacrificio directo, quizás por una creciente valoración de la vida o una adaptación social a las necesidades religiosas. Pero la parte irracional sigue vigente y aprovecha cualquier resquicio para volver al sacrificio. Ahora con las tristes y trágicas inundaciones de la DANA los taurinos quieren ofrecer “sacrificios” en forma de solidaridad. Claro, fuera de temporada y colocando el espectáculo con la connotación de altruista cuando se trata de una tortura animal salvaje en pleno siglo XXI. El presidente Mazón, el incomunicado, se ve que anhelaría la figura de Alejandro Magno para nombrar en emergencias a un especialista en sacrificios, perdón, festejos taurinos.

domingo, 10 de noviembre de 2024

"INCOMPETENTES" (Ideal, 10-11-2024)

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En política pocos asuntos resultan tan perjudiciales para el bienestar de la ciudadanía como los dirigentes incompetentes. La falta de preparación y la inexperiencia en la gestión pública provocan en la actualidad estragos en diversas latitudes, se ha vuelto global como la idiotez, y esto no es simplemente una apreciación subjetiva, sino una realidad que se traduce en graves consecuencias para la sociedad, que por cierto, viene deleitándose en la elección de tales personajes (Trump, Milei, Putin, Orban, cada vez más etcéteras) .Hoy en día, la política parece más un escenario donde priman los intereses individuales y las luchas de poder, que una plataforma donde la preparación y el conocimiento estén al servicio de las personas. Ojo, que quienes pudieran ofrecer alternativa ni están, ni se les espera, pareciera que hubieran desertado. “El poder tiende a corromper, y el poder absoluto corrompe absolutamente”, dijo Lord Acton, y lo que estamos presenciando radica precisamente en eso: dirigentes que, sin estar preparados, por ejemplo, un convicto, putero, misógino, racista y odiador profesional, dirigirá EE.UU. Estos personajes alcanzan posiciones de poder y lo ejercen en detrimento de sus gobernados, que por cierto, se muestran, al menos más de la mitad, encantados. Esta falta de capacidad se traduce en ineficacia, mala gestión de recursos, falta de planificación y la repetición de errores que se podrían haber evitado con conocimientos mínimos de administración y economía, sirva todo lo que hemos apreciado incluso con alguien a quien se le presupone (cantante, pero también jurista) como el presidente de la Comunidad Valencia, Carlos Mazón, cinco horas “fuera de cobertura” en plena hecatombe. “Quien no conoce la historia está condenada a repetirla”, nos advertía ya en 1905 el filósofo George Santayana (José Agustín Nicolás, en verdad) en su obra La vida de la razón. La historia política está llena de ejemplos de gobiernos fallidos debido a la incompetencia de sus líderes, unidos a la fascinación que lograron crear en sus votantes (les suena Jesús Gil, por citar alguno). En La república Platón planteaba que “el precio de desentenderse de la política es ser gobernado por los peores hombres”. Esto nos toca a la mayoría. Si bien se refería a la responsabilidad de los ciudadanos, la cita resuena con fuerza en el contexto actual. La incompetencia política alcanza una realidad tan extendida que parece haberse vuelto el común en muchos países y regiones. Aquellos ciudadanos que ignoran los antecedentes y preparación de sus candidatos terminan eligiendo líderes que no están a la altura, y las consecuencias las pagamos la sociedad en su conjunto, incluso con vidas. Queda una esperanza con gotero, nos recordaba el reconocido escritor inglés Samuel Johnson, “la esperanza con sus fracasos, por frecuentes que sean, son menos horribles que su extinción”. Y la nave va (1983) es una metáfora cinematográfica de Federico Fellini sobre una sociedad decadente, un mundo horroroso creado por la humanidad, en ella, aparece una escena casi final donde se salva un rinoceronte, puede que esas primeras formas de vida nos hagan recuperar la decencia. O no.

domingo, 3 de noviembre de 2024

"ESPAÑA QUIERE SER UNA FIESTA" (Ideal, 3-11-24)

España quiere ser una fiesta
Manuel Molina
El jueves volvía del cementerio, que ahora mismo reluce adornado de flores y cuidados en la tumbas de los familiares, en las cuales se afana una enorme cantidad de personas, dadas al trajín de limpieza y adorno para honrar la memoria de quienes compartieron la vida con distintos lazos. Tenemos la costumbre de honrarlos en cementerios donde descansan los restos inhumados o en nichos, allí queda el último reflejo de si fueron como cantaba el poeta Jorge Manrique, “ríos grandes o pequeños” en vida y se intenta, en ocasiones, dejar constancia de ello a través de enormes y llamativas construcciones o esculturas o bien el más puro anonimato con unas simples iniciales en una lápida. Los cementerios son un lugar donde discurre paralela nuestra historia, aunque viramos alejados de ellos. Se puede analizar una época si rastreamos lo que se nos ofrece y sabemos interpretarlo, una fuente de conocimiento sobre nuestros usos y costumbres muy interesante. Conocemos mejor una sociedad si sabemos cómo se entierra. En esas volvía y con el estómago encogido, el corazón sobrecogido y regado de tristeza por las muertes tan injustas vividas en las últimas horas debido a la DANA y su voracidad, junto a la incompetencia humana, que también aporta su granito de arena. La cabeza venía con pensamientos de la “muerte malandante”, de aquello que escribió “uno de Alcalá”, arcipreste para más señas y uno de los más lúcidos acercamientos a esta cuando le dedica unos versos a la pérdida de su querida Trotaconventos, mediadora de sus mundanos amores. Me encuentro de pronto con un carnaval por las calles donde pequeños y mayores rinden un patético culto al disfraz de zombi. Se divierten en su escenificación. Divertirse siempre es sano, aunque creo que cuando el ambiente no está como popularmente se dice “para bollos” se nos carga la mirada de patetismo. Hemos aceptado que un reciente evento importado e introducido por los colegios, hostelería y comercio ha calado con firmeza en una enorme parte de la sociedad con el aliciente de que se ha convertido en una fiesta más, que ha conquistado un espacio dominado por la tristeza o la melancolía que supone recordar a nuestros ancestros unos días. Doy por perdida hace tiempo la lucha porque se entendiera que era un idiotez supina todo lo que conlleva esta celebración de Jalogüín, asentada sobre lo insustancial y la bobada mimética y consumista. Pero gusta disfrutar de otro carnaval, de la parte más despojada de la crítica social que este contempla. La fiesta se allana en un simple disfraz y unas risas. Pienso entonces que el cuerpo no estaba para estas con doscientos muertos recientes, pero el ufano mantra de nuestra sociedad repite que hay que divertirse como sea, que el carpe diem no contiene equilibrio alguno ni respeto por el dolor, cosa de tristes y malafollás, de aguafiestas. Quien no quiera divertirse que se eche a un lado o se vaya del pueblo, que diría el maestro Gila.

"INFANCIAS EMBRIDADAS" (Ideal 29-6-25)

Infancias embridadas Manuel Molina              La infancia se convertía en verano en una casa semioscura de sol a sol, como escribe A...