lunes, 8 de diciembre de 2025

"LA MENTIRA Y LA POLÍTICA" (Ideal 7-12-25)

 



La mentira y la política

Manuel Molina

 

Si miramos hacia atrás e intentamos encontrar la relación filosófica que se establece entre la verdad y la política nos encontramos con dos ejemplos muy significativos. Por un lado, Platón justifica la mentira (no cualquiera, sino la "noble") como una herramienta terapéutica, una “medicina” necesaria para proteger y beneficiar a la comunidad, no para el beneficio personal del gobernante. Esto veintipico siglos después nos cuesta entenderlo como ciudadanía. El gobernante, según este, debe usar el engaño para que las personas acepten ciertas decisiones difíciles o impuestas por el Estado, atribuyendo el resultado a otros factores en lugar de a la manipulación política. Esto ya nos suena más cercano. Por otra parte, Maquiavelo revelaba en su obra “El príncipe”, manual modernísimo de política, lo siguiente: "un príncipe nunca carece de razones legítimas para romper sus promesas." Se justifica la falta de palabra cuando esta  políticamente se basa en la necesidad y el interés del Estado. Praxis o empirismo. También recomienda al gobernante esta reflexión: "De vez en cuando las palabras deben servir para ocultar los hechos", enfocando en la eficacia del engaño, ya que la naturaleza humana tiende a ser crédula y se deja llevar mansa por las apariencias. Podemos asegurar que la verdad no es necesaria en política. De esto se sabe mucho ahora en los partidos mayoritarios, por un lado que la mentira no es delito, del PP; y por otro que no se sabe nada de quien está al lado y comparte el día a día gobernante, PSOE. Qué decir de Mazón.

En un término parecido, pero con matices, se encuentran estos versos de Goethe: "¿Debe engañarse al pueblo? / Desde luego que no / Más si le echas mentiras, / mientras más gordas fueren / resultarán mejor”. Una de las mejores radiografías la realiza mi admirada Hannah Arendt, ya que para ella: "quien miente en algo que cualquiera podría rebatir con una foto o un dato no está participando en una discusión acerca de la verdad de un enunciado, sino haciendo una ostentación de su poder en grado máximo”. Perfecta instantánea del maquiavélico MAR, de afamada y titiritera intervención reciente en los juzgados. Todo lo contrario de lo que cargado de utopía recomendaba Albert Camus: "la libertad consiste sobre todo en no mentir. Allá donde la mentira prolifera, la tiranía se anuncia o se perpetúa”. Tanto que se habla de falta de libertad, pero no desde esta interesante y necesaria perspectiva.

Una amistad muy capaz y con un elevado sentido de la res pública aceptó la oferta de ingresar en una candidatura política. A los pocos meses renunció al cargo electo y pasado el tiempo nos encontramos, sin pedirlo me ofreció una explicación que casa con lo que venimos hablando. “Al poco tiempo de comenzar la legislatura me encomendaron salir a defender un asunto que era mentira y un mes después me requirieron para hacer pública otra nueva mentira, así que dije, me voy”. Todos se extrañaron”. ¿Mentir o no mentir? Esa es la cuestión.

 


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