domingo, 15 de octubre de 2023

"GANAR A LA BANCA" (Ideal, 15-10-23)

Ganar a la banca Manuel Molina Cuando uno piensa en el dicho popular de que “la banca siempre gana” no puede por menos que sentirse pequeño, un liliputense ante un Gulliver enorme con el cual resulta inútil cualquier intento de plantarle cara ante su envergadura. Pero uno –con una impronta quijotesca- también recuerda que un pequeño David venció a un gigante Goliat. Todo ello en lucha interna ante la injusticia que supone que un banco te haya cobrado algo que no debería y que con tanto esfuerzo te cuesta obtener. La banca se aprovecha de su poderío y de la tibieza de los gobiernos para chulearnos. No abona lo que debiera por ley, limita sus servicios a lo mínimo rayando en lo amoral como cuando deja excluidas a personas mayores que fueron sustento durante tantos años con sus ahorros, atiza comisiones desmedidas por tareas que realizamos los propios usuarios, deja a los pies de los leones a los empleados que tienen que lidiar con los abusos provenientes desde arriba. Y habría mucho más. Por eso, después de nueve largos años de pleitos y ninguneos haber ganado un juicio a un gran banco sabe a gloria. Recordemos algunos datos interesantes. Los grandes bancos españoles -- Banco Santander, BBVA, CaixaBank, Bankinter, Banco Sabadell y Unicaja Banco-- han registrado unas ganancias agregadas de 12.385 millones de euros en el primer semestre de este año, cifra que se eleva en un 20,7% más de beneficios respecto al mismo periodo de 2022, según cifras recopiladas por Europa Press. Otro más: el coste para el Estado del “rescate” bancario se eleva a 101.500 millones de euros y de ellos, según el Banco de España, tan solo se recuperará un 14%, unos 9.500 millones. Esas son las cartas de presentación para saber con quién te la juegas. El principio fue un intento amistoso ante la dirección del banco. Hubo una sentencia que había creado jurisprudencia y daba la razón a los usuarios por las cláusulas abusivas de las hipotecas. Con buenas palabras te despachan y te muestran la puerta de salida. Insistes y el tono cada vez es más frío dejando claro que por las buenas, nanay. Pues habrá que denunciar, pues denuncia. Acudes a un bufete de abogados y muestras la situación de indefensión en que te encuentras. No te garantizan que salga bien la denuncia porque depende del juzgado que lleve el caso y los cambios legislativos. Te planteas una pregunta esencial: ¿existe posibilidad de ganar aunque sea un solo euro al banco? La respuesta es afirmativa. Durante nueve años, con sus meses y días recibes buenas noticias porque cada vez se suman más sentencias favorables y el máximo tribunal europeo da la razón a los demandantes, aunque te frenan las inclinaciones de distintos gobiernos situados al lado de la banca. Te ningunean ni siquiera acudiendo a varios actos de conciliación en los juzgados. Pasa el tiempo (mucho) y te planteas abandonar, al final se hace justicia, ganas. Pero cuántos liliputienses se han quedado en el camino.

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