domingo, 26 de marzo de 2023

"SANIDA PÚBLICA Y UNIVERSAL" (Ideal 26-3-2023)

Foto: Geralt Sanidad pública y universal Manuel Molina Hubo un tiempo en que te encontrabas mal y acudías a tu médico de cabecera (ahora generalista o de familia) en el mismo día y eras atendido o bien porque encontrabas cita o porque no se cubrían todas las admitidas y tras estas se te visitaba. Hoy nos parece ciencia-ficción. Por lo general, estamos acostumbrados a que todo mejore. Por ejemplo, casi nadie fallece si se contagia de gripe; y sin embargo, hemos retrocedido en la atención sanitaria de una manera muy llamativa. No sería justo achacar tan solo a una posible causa el deterioro de la sanidad pública, pero sí que debería hacerse un esfuerzo prioritario desde las distintas administraciones públicas para regenerarlo y afianzarlo. Recordemos que la justicia social, aquello que al menos intenta hacernos más iguales con distinción de factores socioculturales, se fundamenta en dos pilares como sanidad y educación. Sin la salud necesaria parece que todo lo demás se relativiza. Un dolor nos puede frenar en seco y paralizarnos en lo personal y en el cúmulo social (bajas a trabajo, gasto médico, etc.). Sin lugar a dudas, una persona sana desde el punto de vista más agresivamente neoliberal supone un eferente positivo, no digamos desde ahí hasta los parámetros sociales y más humanos. Vemos algunas significativas cifras ofrecidas por el Ministerio de Sanidad. 8 de cada 10 personas creen que su estado de salud es buena. No empezamos mal. ¿Qué enfermedades son las registradas como más comunes? Ojo, a ver cuál no tiene: colesterol alto, salud mental, hipertensión, lumbares y artrosis. En nuestra ciudadanía algunas personas ostentan el repóquer. Vayamos a la atención médica. 79 días es el tiempo medio de espera para primera consultas y 113 días la media de espera para intervenciones quirúrgicas. Parece bastante tiempo, ¿no? ¿Y qué opina el personal? Pues 6 de cada diez personas consideran que el sistema sanitario funciona bien. Curioso. Llama la atención que el 20% considere que se necesitan cambios y hay que rehacer el sistema sanitario. Algo no cuadra entonces. Se han realizado protestas para que el sistema sanitario atienda de manera debida y mejore. Nos afecta a la gran mayoría, pero en este país ya sabemos que es mejor que otro se parta la cara para salvar mi culete. Me muestro crítico con la gestión de la sanidad pública, pero sin olvidar que seres queridos sobreviven gracias a ella y al celo de sus profesionales. Un dato lleno de positividad, el año pasado se realizaron 4.781 trasplantes. El presupuesto público es del 8% del PIB frente al 2.9 % privado. Sería mejor incrementarlo y racionalizarlo para que la remuneración del personal (debe haber más) y los servicios de atención especializada, que son los dos grandes bloques de gasto pudieran ser más determinantes y reducir citas y tiempo. Necesitamos un buen sistema sanitario público para quien enferma, para la gran mayoría. Quien quiera otro que lo pague, pero lo primero es lo primero. Defendámoslo: mens sana in corpore sano.

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