domingo, 5 de marzo de 2023

MUJERES (Ideal, 5-3-23)

Mujeres Manuel Molina Mi vida, por fortuna, está llena de mujeres con las que esta siempre ha sido más llevadera porque han sido un soporte fundamental ya sea como madre, esposa, hija, amiga, vecina, compañera o conocida. Cada una de ellas ha ido sumando de manera más o menos imperceptible lo que he llegado a ser. Todo comenzó para bien en una educación que no distinguía entre varones y féminas, donde, por ejemplo, todas las tareas del hogar siendo familia numerosa se realizaban sin distinción o el trabajo familiar en el campo y así se naturalizó que un hombre o una mujer en lo común se mostraban iguales. Pero como mi caso, también he conocido -y por desgracia sigo conociendo- todo lo contrario. Una anécdota: barría la puerta de la cochera de mi casa y un pequeño vecino que a veces venía a pegar la hebra me espetó sobre si yo era “maricón”. Perplejo solicité su razón para pensar aquello y me contestó que solo barrían las mujeres. Cuánto queda por avanzar, pensé. Me preocupa que las mujeres no se traten con igualdad. En mis clases o en mi trabajo como formador lo tengo siempre presente. No me muestro como quienes se les llena la boca del “todos y todas” aunque no lo crean, tan solo por una moda o latiguillo eficaz. Sin embargo, no permito ni el más mínimo atisbo de muestra de desigualdad ante una mujer y potencio todas las que lo hacen visible. La escuela es básica para que en hogares que preconizan el machismo este pueda ser corregido o al menos lo intente. Me preocupa sobremanera cómo se expande la cosificación entre adolescentes. Quien se dedica de manera profesional a tratar jóvenes chicas en edades tempranas puede contar hechos que resultan escalofriantes. Desde tan precoz edad se le atribuye un papel denostado al que se prestan ya sea por pertenecer al grupo o no descolgarse. Ocurre a nuestro lado y no lo conocemos como si se tratara de mundos paralelos. Los modelos espejean en redes y programas desalmados ofreciendo una realidad ficticia que se intenta reproducir. Muy triste. Por todo ello, la educación juega un papel primordial ya sea en los hogares o en los centros educativos. Tan importante como las matemáticas puede ser la detección de problemas en los que aprendices de machito otorguen un papel denigrante a chicas fáciles de manipular. No vale una inconsistente argumentación como que son cosas de chicos. No debe darse la primera vez en estos asuntos y para ello el mejor antídoto radica en el conocimiento, en la capacidad para haber formado en el no prestarse. No seamos ingenuos y creamos que lo que vemos forma tan solo parte de la realidad porque existe de manera mucho más compleja. Lo menos que podemos hacer sería contribuir en nuestro entorno a ser vigilantes de algo tan rotundo y difícil como que un hombre y una mujer por el mero hecho de serlo no son iguales. Queda aún mucho camino que recorrer.

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