lunes, 21 de agosto de 2023

"ENTRE PECHOS Y BALONES" Ideal 20-8-23

Veo imágenes de un vídeo en el NODO, un partido en blanco y negro donde se enfrenta la selección española femenina contra la de Alemania en un campeonato celebrado en Austria, en los años sesenta. Causa extrañeza que en esos años existiera un grupo de mujeres dispuestas a disfrutar de su afición al fútbol. Sin embargo, lo más llamativo es la narración que acompaña las imágenes, con ese tono enfático y engolado que ofrecía el noticiario. Se presenta así a estas chicas: «Con un ardor impropio de sus audaces kilos». La portera deja un pequeño peluche como talismán junto al palo de la portería que defiende y se hace una mofa infantil sobre ella, «como si una mascota pudiera hacer mucho en una portería». Un poquito más de saña: «Sería conveniente que perdieran un poco de peso». Una alemana despeja un balón de manera aguerrida chocando contra un poste: «Una jugadora se ha hecho pupa». Y atención, ahí llevan el final: «La única nota positiva es que cuando se casen, si se casan, cambiarán esto por una batería de cocina». Pocas palabras bastan para explicar el asunto. ¿Imaginan esta narración hoy día, cuando hoy un grupo de chicas disputará la final de un mundial? Gracias a mujeres pioneras como las que son atizadas en el NODO se ha llegado a la afortunada situación actual. Ellas han alcanzado la igualdad en su terreno, un mundo complicado como es el fútbol, tremendamente machirulo. Si hiciéramos una breve encuesta para saber a cuántas de ellas en algún momento las han llamado marimacho, bollicona o han recibido la recomendación de irse a fregar platos a la cocina nos sorprenderíamos. El camino abierto por Alexia, Jenni, Olga y tantas otras ha cerrado bocas que vertían veneno y resquemor como gracieta o convicción. Un grupo de hombres se pone nervioso en cuanto se sitúa al lado de una mujer autosuficiente que tiene criterio propio y decisión, incluso otras mujeres. No digo nada si encima triunfa. En 2017 un grupo de mujeres protestó en Argentina mostrando sus pechos contra la cosificación y la prohibición de realizar topless en las playas. Una diputada se manifestó en solidaridad porque la criticaran parte de los congresistas al mostrar su pecho amamantando a su bebé o por que llevaba escotes «exagerados». Tenemos en el solar patrio el gesto de Eva Amaral mostrando los pechos en un concierto en directo y recordando a sus compañeras artistas censuradas. Como se podía esperar las redes sociales, ese veneno gratuito y público, se llenaron de descalificaciones. Los insultos, los obvio. Dos acusaciones me llamaron la atención. Una, que la artista necesitaba publicitarse. Perdona, Eva Amaral tiene el culo pelado de furgonetas y escenarios y lo que es mejor, de grandes premios. Dos, en la playa se hace topless y no pasa nada. Claro, pero encima de un escenario o en la terraza de un bar puede que acabe en multa. Qué empeño en tapar los cuerpos, y las mentes.

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