lunes, 15 de enero de 2024

"LA RISA MATA AL MIEDO" (Ideal 14-1-24)

La risa mata al miedo Manuel Molina La risa es una necesidad fundamental en la vida, ya que no solo proporciona un alivio instantáneo al estrés y la tensión, mandamases de nuestros días, sino que también fortalece los lazos sociales. El acto de reír juntos crea un sentido de conexión y camaradería, generando un ambiente positivo. Eso al monje y bibliotecario de El nombre de la rosa de Umberto Eco, le podía y llegó a afirmar como principio ultrateológico medieval que “La risa mata al miedo, y sin miedo no puede haber fe, porque sin miedo al diablo ya no hay necesidad de dios”. Pero es que además, la risa desde el punto de vista fisiológico libera endorfinas, mejorando el estado de ánimo y promoviendo la salud mental, ergo se convierte en liberador de pastillas. En un mundo a menudo cargado de desafíos, la risa emerge como una herramienta necesaria para enfrentar la adversidad y encontrar alegría en medio de las dificultades. Un ejemplo: ahora con nuestras gripes que postra n hay títere con ganas de risa y no digamos después de ver un informativo o visitar una red social. Un purista (un tanto aburrido utópico) como Platón proclamaba en el Filebo que la risa es un placer –hasta aquí bien-, pero al mismo tiempo afirmaba que es fea, obscena, transgresora de la armonía, de la medida, de la integridad y de la conciencia social y de los hombres libres. Oh, comulgaba con el hermano Jorge. Sin embargo, siglos después Sigmund Freud llegó a la conclusión de que la risa “recupera la libertad prístina en un proceso de desalienación”, o lo que es lo mismo en lenguaje comprensible, que es muy buena. Nietzsche, más moderado en este aspecto, también aportaba su opinión positiva. Destacaba también George Bataille la fraternidad que envuelve el hecho de la risa, en el sentido de que esta suponía un lazo de unidad social al mismo tiempo que reverso irónico de los fundamentos de una comunidad. Parece que grandes pensadores reflexionaron sobre la risa y llegaron a la conclusión de que nos beneficiaba. Decía Víctor Hugo, aunque no fuese él, en uno de los más bellos símiles sobre el asunto, que "La risa es el sol que ahuyenta el invierno del rostro humano." Resulta innegable que la risa se ha convertido en un lenguaje universal que trasciende barreras culturales, proporcionando una forma de conexión y comprensión compartida en un mundo cada vez más interconectado. Por todo ello, recomiendo que si viven cerca o planifican una visita a Úbeda no dejen de incluir un regalito para ustedes y asistan al festival “Tolón Tolón: humor por los cencerros de Úbeda”. Se toparán con un tipo de risa que necesita su complicidad, su ingenio; demasiadas veces en modo avión. Los grandísimos Juan Carlos Ortega, Carles Sans (Tricicle), Faemino y cansado, junto a David Navarro, Jesús Piña, Jaime Carava o David Cepo harán de ustedes seres igualados a los dioses, con el peligro que conlleva. La risa, sigue siendo gratis.

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