sábado, 9 de mayo de 2015

UN LIBRO, UNAS EMOCIONES

Faltaban unos veinte minutos para que comenzase la presentación de mi último libro sobre Niceto Alcalá-Zamora en el Molino La Farraga y me acerqué al lugar donde se celebraría el acto. Manolo y Maribel habían preparado todo con enorme cariño. Alcé la vista y me sobrecogió tanta belleza radiante y elevada del pico Gilillo , con su pétrea distancia, hasta el verdor de las ladera de Salvatierra. El murmullo esquivo del río sobre la vegetación se sumaba al estanque cercano; el aroma de las rosas, los pájaros del atardecer, las mariposas revoloteaban sobre ese instante que me acercaba recuerdos señalados y gratos de los diecisiete años que había vivido en esta tierra. Me emocioné con esas imágenes enredadas en la imaginación. Uno que es sentimental pensó en soltar unas lágrimas para equilibrar aquella situación, pero recibí una inesperada visita que llegaba en forma de compañeras desde lejos, Manoli y Dori de tareas bibliotecarias y docentes me sorprendieron con su presencia y la realidad se acomodó de nuevo. Llegaron Jesús Pozo y Nieves para acompañarme en la presentación y poco a poco mis alumnos de la Universidad de Mayores, mis compañeros del instituto -de ahora y de antes- con aquellos que compartí tanto-, El Club de lectura de Peal, amigos y vecinos, alumnas que me sorprendieron, también de ahora y de antes, maestras del cole de San Isicio, con quienes hemos llevado a cabo tantas actividades, periodistas y amigos a quien tanto quiero como José Luis o Elios... recogí la emoción para guardarla y poder rescatarla más adelante cuando necesite recordar el cariño que encontré en los últimos diecisiete años en la sierra de Cazorla. Muchísimas gracias.