viernes, 12 de mayo de 2023

NOMBRAMIENTO COMO ACADÉMICO

He recibido la grata noticia de mi nombramiento como académico de la Real Academia de Ciencias, Bellas letras y Nobles Artes de Córdoba. Agradezco a la institución su deferencia. Como cordobés me siento muy contento y sé que hay personas que se alegrarán mucho. Lo comparto con la alegría de un niño criado en una aldea, que salió al mundo, se maravilló e intentó contarlo.

domingo, 7 de mayo de 2023

"EL VINO DE FRAILES" (Ideal 7-5-23)

He tenido la inmensa suerte de acompañar al amigo Santiago Campos en la conferencia que conmemora veinticinco años de la fiesta del vino de Frailes –ahora Jornada Vinícola y Gastronómica–, junto a una exposición a lo largo de ese periplo, que atrapa momentos de personas trufados de tiempo en torno a la celebración. El sábado tocó el turno al periodista de COPE Jaén Antonio Agudo como pregonero. La 'frailestud' fue término cultural y sociológico que Campos creó para manifestar una serie de sensaciones y vivencias propias y generadoras de una peculiar personalidad del pueblo. Esta se expandió durante el fin de semana y entre el vino y las ricas viandas se ensalzó un cultivo con arraigo, que sobrevive entre laderas y lomas, en cepas renovadas tratadas con mimo para generar caldos cada vez de más calidad, las cuales sobrepasan desde hace años el consumo local para haber generado un producto comercial valorado. Las tierras de Frailes son generosas. La diversidad de tipos de suelo, arcillosos, calcáreos y de pizarra, se han amalgamado con diferencias de altitud en los cultivos, desde los 950 hasta los 1.250 metros en los que se ubican las viñas y allí crecen pacientes las variedades Jaén negro, Jaén blanca, o Moscatel castellana, entre otras, enriquecidas con alguna como la Syrah, han ido conformando un peculiar vino del terreno, acrecentado con dedicación y acierto en tintos, blancos e incluso espumosos. Disfrutar en mayo la jornada del vino es una de las fiestas más entrañables de la provincia de Jaén. El vino acompaña la morcilla negra recién cocida, los riquísimos embutidos con sabor casero, o los extraordinarios quesos de la zona. Se culmina con los guisos y dulces tradicionales. Todo ello en buena compañía, como se recomienda para la ingesta del líquido por parte de una coplilla del XVII: «Y ahora que estoy entre vos,/ ¡cuánto hace que no os veía!/ aprovechad la ocasión,/ no me dejéis pa otro día». Cambios La cultura del vino ha cambiado en los años desde que la democracia está presente en nuestras vidas. En los setenta aún perduraban las tabernas donde se servía vino enranciado y aguado, que olían a serrín mojado y fermento. Las botellas vidriadas de arrobas se trasegaban a diario en muchas ocasiones de forma desmedida, pese al bautizo 'aguado' que recibían. Los vinos en vaso donde hoy se sirve el café con leche eran el recipiente habitual. Aquellos mostos jóvenes y cabezones poco a poco se fueron desbravando y del blanco casi exclusivo se fue adoptando querencia por los tintos, primero manchegos y luego riojanos. De aquel tiempo nos puede sorprender el encono de los sindicatos en que no se pagaran los jornales en las tabernas por parte de los patronos, ya que se producía un irresponsable dispendio en el consumo. Hemos mejorado en calidad y manejo. El vecino alcalaíno, Arcipreste de Hita, ya aclaraba que «es el vino muy bueno en su misma natura./ Muchas bondades tiene, tomado con mesura». Viva la frailestud.