Sanidad enferma
Manuel Molina
En la película Blade Runner el
replicante Roy Batty (interpretado por
Rutger Hauer) salva la vida a Rick Deckard (Harrison Ford), después de que este
lleve toda la película intentando cargárselo. El replicante está a punto de
palmarla, y pronuncia un memorable discurso al borde de la muerte: “He visto
cosas que vosotros ni creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He
visto rayos C brillar en la oscuridad, cerca de la puerta de Tannhäuser. Ahora
todos esos momentos se perderán en el tiempo... como lágrimas en la lluvia”. Me
siento un tanto mimetizado si comenzara un monólogo de tal guisa con una visión
del pasado reciente: “He visto consultas de ambulatorios médicos donde te
atendían el mismo día o al siguiente si solicitabas cita e incluso podías ser
atendido si esperabas hasta el final”. Ya ven, cómo íbamos a imaginar que
pareciese ciencia ficción esa circunstancia.
La sanidad pública en Andalucía atraviesa una
crisis sin precedentes, caracterizada por la saturación de los servicios de
atención primaria, largas listas de espera y una creciente insatisfacción
ciudadana. Este deterioro ha generado algunas manifestaciones y protestas en la
comunidad autónoma. Las movilizaciones reflejan el hartazgo de una población
que enfrenta demoras de hasta dos meses para obtener una cita con un médico de
cabecera. Pero si las analizamos sin forofismo han resultado insuficientes. La
situación permanece encallada sin soluciones. La raíz de estos problemas tiene
que ver con los continuados recortes presupuestarios que han mermado la
capacidad operativa del sistema sanitario andaluz. Entre 2010 y 2020, se estima
que se recortaron aproximadamente 10.000 millones de euros en el presupuesto de
la sanidad pública andaluza. Esta reducción, sin lugar a dudas, ha tenido
consecuencias directas en la calidad y accesibilidad de los servicios de
salud. La percepción ciudadana sobre la
eficiencia del sistema sanitario también ha empeorado. Según una encuesta
realizada hace apenas un año, el 63% de los andaluces considera que la sanidad
pública funciona peor que antes de la pandemia de COVID-19. Además, el mismo
porcentaje opina que las administraciones públicas no están implementando las
medidas necesarias para revertir esta situación., según el sindicato SATSE.
Desde la administración se aportan como causas
el déficit de profesionales sanitarios y el aumento significativo de la
demanda asistencial. Sin embargo, estas explicaciones resultan insuficientes
para una ciudadanía que necesita soluciones concretas, aunque luego a la hora
de manifestarse para exigirlas también muestra en una gran parte el cómodo “que
se manifiesten otros”.
El gasto sanitario en España sigue
por debajo de la media europea en porcentaje del PIB, unido a que la Atención
Primaria ha asumido una enorme sobrecarga asistencial y déficit de personal. El
sistema sanitario vigente desde los años ochenta se ha quedado obsoleto.
Debería replantearse y tener claro que la asistencia universal debería seguir
siendo prioritaria, por encima del negocio que grandes grupos financieros ven
en ella. ¿Sería posible volver a tener cita médica al día siguiente y ver la
cara de quien te atiende?