lunes, 13 de noviembre de 2023

"HUÉRFANOS POLÍTICOS" (Ideal 12-11-23)

Huérfanos políticos II Manuel Molina Vaya semanita nos ha tocado presenciar con esas imágenes inauditas del cayetanismo echado a la calle como los perroflautas (que dirían ellos) a los que tanto criticaban, todo sea por “putodefender España”, pero no todo ha sido tan ligero, el monstruo ultra ha dejado la caverna y ha aparecido con banderas preconstitucionales para defender la Constitución. Les han dicho que a las barricadas y han cumplido como era de esperar. Existen mechas muy fáciles de prender con un poquito de demagogia entreverado con ganas de fiesta y si encima se ofrece una razón que cabrea a media España o más se puede alcanzar un voluntarioso grupo dispuesto a liarla parda. La España machadiana en su definición que embiste generación tras generación. Y por otro lado, asistimos expectantes y muy decepcionados a la denigrante bajada de pantalones ante la peor burguesía española, la catalana. Aquella que hizo caja con los esclavos en el siglo XIX y que siempre se muestra de perfil, nunca saciada en sus peticiones supremacistas, liante y amoral, insolidaria, cobarde, dispuesta a huir en un maletero de coche si las cosas le salen mal, pero siempre beneficiada de un sistema electoral hecho a medida para que pudiesen ser la bisagra del resto del país. Las vergüenzas pudorosas ya se las bajaron en gobiernos anteriores tanto el desmemoriado Aznar como el jarrón chino González y de aquellos polvos estos lodos. Desde Andalucía no se pude menos que asistir a toda la prebenda de pacto para investir presidente a Sánchez que avergonzados, sin tener que estar apedreando sedes del PSOE. Con un millón más de votantes que Cataluña en nuestra comunidad autónoma no tenemos nunca ningún poder de decisión gobierno tras gobierno. Desde Andalucía aportamos cifras clave para obtener mayorías absolutas, incluso gobiernos que pactan con otras minorías decisivas –tal es el caso- y nadie nos considera pieza clave. Simplemente sumamos. Asistimos ahora como convidados de piedra al beneplácito de la insolidaria lluvia de millones que gestionará la comunidad de Cataluña, con sus transferencias, su bendecido prófugo y sus condonados revolucionarios. No hacían falta alforjas para tal viaje. No sé quién nos redimirá a quienes sufrimos su ira, sus insultos y desprecios por defender un estado de derecho que no les pertenece y que pretenden apropiarse con su maquiavelismo de salón, porque ellos lo valen, porque el resto somos “us parásitos”. No creo que merezca una presidencia de gobierno tanto oprobio Y aquí nos hemos quedado quienes no comulgamos con esa infamia, aunque hayamos estado cerca ideológicamente, mirando cómo la extrema derecha crece y los indepes catalanes se convierten en los lobos que cuidarán el rebaño. Miramos hacia un lado y hacia otro y no nos representan ni los unos ni los otros. Nos hemos quedado tristemente huérfanos de representación política. No reanima pensar que dentro de cuatro años, si se llega, habrá oportunidad de intentar cambiar lo que haya ocurrido. Nunca creí ver lo que estoy viendo, como diría Alberti, ahora soy dos veces tonto.

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