Los cuervos
Llegan repentinos ahí afuera,
aunque queda alguno siempre,
presencia tan negra y córvida
al acecho de un mínimo descuido.
aunque queda alguno siempre,
presencia tan negra y córvida
al acecho de un mínimo descuido.
Aprendí la convivencia diaria,
picos corvos, su brillante plumaje,
la mirada hiriente y las intenciones
de quien avisa inminente desgracia.
picos corvos, su brillante plumaje,
la mirada hiriente y las intenciones
de quien avisa inminente desgracia.
No es lo mismo imaginar que ver
una destrucción inevitable,
aviso de unos pájaros negros.
una destrucción inevitable,
aviso de unos pájaros negros.
Cuando la costumbre nos aletarga
desgasta la mirada de su mirada
al descubrirlos en la propia casa.
desgasta la mirada de su mirada
al descubrirlos en la propia casa.
Manuel Molina Glez
No hay comentarios:
Publicar un comentario