Me gusta apreciar después de trabajar en una obra de PV cómo ha quedado todo alrededor. A veces pienso que no estoy solo en el estudio y a los pequeños duendecillos que por allí habitan (los Martinicos) les encanta jugar. Me gusta cómo se divierten.
Ya puestos a mirar al más allá, que vengan estos y no otros malafollá.
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