La UJA, corazón de Jaén
Manuel Molina
Hay lugares que crecen hacia arriba y
otros que crecen hacia dentro. Jaén pertenece a los segundos. Poco dada a
reconocer lo mejor de los suyos, transita con cierta indolencia que le impide
dar golpes en la mesa y remangarse para la acción. Su desarrollo apenas existe
y hay que marcharse lejos, contribuyendo con su goteo a la mejora de otros
territorios, ya sea en forma de mano de obra barata o de especialistas
preparados. Entre esa modorra provincial destaca una institución que con
trabajo de hormiguita y la suma de voluntades ha provocado que no se generalice
esa tendencia con el aporte de la formación para tener oportunidades. La
universidad de Jaén, la popular UJA, ha sido reconocida en el ranking internacional Times Higher Education
la segunda mejor universidad pública de Andalucía y la número 14 de España.
He tenido la suerte de ver crecer esa
realidad desde fuera y desde dentro –tal vez este sea el último curso de
colaboración- y he apreciado desde un enorme espacio de solares a un conjunto
expandido y reconocible de edificaciones modernas. De ser ahijada de la
universidad de Granada a ser su inmediata “competidora”. Esta universidad, que
apenas supera las tres décadas de vida, ha alcanzado un lugar entre las mil mejores del mundo, compitiendo con
instituciones centenarias y consolidando su prestigio en ámbitos exigentes como
la Inteligencia Artificial, la Energía y los Combustibles o la Ingeniería. Pero más allá de los merecidos
y trabajados puestos obtenidos en los informes, la verdadera grandeza de la UJA
no se mide en cifras ni en posiciones, sino en personas. Cada año, más de 7.900 estudiantes de la provincia llenan
sus aulas. Llegan desde Linares, Andújar, Baeza, Alcalá la Real o cualquier
otro rincón de Jaén. Cada uno de ellos trae consigo una historia y una ilusión
para desarrollarla en una institución pública, que permite la igualdad de oportunidades
y sin alejarse de su tierra. Esa es quizá su mayor victoria silenciosa: haber
hecho que la educación superior sea también un derecho cercano y accesible.
En sus aulas y laboratorios se
investiga el futuro del olivar, la sostenibilidad energética, la digitalización
de las empresas o se forman docentes que aterrizarán en la vida diaria. En ella
se forja una nueva generación de jiennenses que tiene la oportunidad de no
aceptar el papel victimista de provincia olvidada. En cuatro pilares básicos se
puede sintetizar su relevancia: un organismo de los mayores generadores
provinciales de empleo, dinamizador de la economía cercana, imán de talento y,
sobre todo, inculcador del necesario pensamiento crítico. Su impacto se puede
sentir en los comercios, en la cultura, en la vida cotidiana de la ciudad,
incluso cómo revierte en industrias o sociedad su investigación. También la UJA
abre puertas al mundo y, al mismo tiempo, abre el mundo a Jaén; cada convenio,
cada estudiante extranjero que pisa el campus, se convierte en una declaración
de confianza en el potencial de esta tierra, en un pequeño movimiento donde
acostumbramos al estatismo.
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