domingo, 1 de septiembre de 2024

"PRIORIDADES INVERTIDAS" (Ideal, 1-9-24)

Prioridades invertidas Manuel Molina />
Según la Organización Mundial de la Salud se estima que por cada dólar invertido en investigación médica, se generan 2,20 dólares de valor económico a través de mejoras en la salud y la productividad, que tanto gusta al neoliberalismo. Este impacto económico subraya no solo la importancia científica, sino también el efecto que la investigación tiene en nuestras sociedades. El dinero en investigación es todo y la proporción es fácil, a mayor aporte, menor tiempo en resultados y mejores logros. La doctora. Soumya Swaminathan, científica jefe de la OMS, ha señalado: "el progreso científico ha permitido que el mundo pueda desarrollar vacunas seguras y efectivas contra la COVID-19 en menos de un año, un logro que habría sido impensable hace una década". Este hito no solo salvó millones de vidas, sino que también demostró el poder de la colaboración internacional y la importancia de acelerar la investigación. Supongo que estos datos a los negacionistas no le gustan porque nos implantaron un chip que nos controla. La anterior directora de la OMS, Margaret Chan fue clara: "El costo humano y económico de las enfermedades crónicas es devastador. Sin investigación constante y actualizada, nuestra capacidad para prevenir, tratar y gestionar estas enfermedades seguirá siendo insuficiente". Conozco científicos investigadores y me consta que las pasan canutas para encontrar financiación, tanto pública como privada. Recientemente preguntaba a un investigador de IrsiCaixa, Jorge Carrillo, sobre el precio que podría tener una vacuna eficaz para controlar una enfermedad. Se me ha quedado grabada la respuesta: “lo que cuesta un futbolista malo de primero división”. Touché. No olvidemos que a pesar de los enormes beneficios, los fondos para investigación, a menudo fluctúan debido a factores políticos y económicos. En muchos países, la financiación pública resulta insuficiente, y los investigadores dependen cada vez más de la financiación privada, lo que puede limitar la independencia de la investigación y orientar los estudios hacia áreas con mayor rentabilidad económica en lugar de aquellas con mayor necesidad social. Cada avance científico tiene el potencial de salvar vidas, reducir costos de salud y mejorar la calidad de vida de millones de personas. Para mantener este impulso, es esencial que los gobiernos, las organizaciones y la sociedad en general continúen apoyando y valorando la investigación médica. Como señaló el Doctor Francis Collins, exdirector de los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU., "La ciencia es el motor de la esperanza, y la investigación médica es el combustible que impulsa ese motor". La realidad nos demuestra que nuestra sociedad ha sido perfectamente canalizada hacia la vacuidad consentida, una indolencia que como los virus ha contagiado y arraigado para diseñar un orden de prioridades. Supongo que debe ser de primer orden obtener una aplicación pirata para poder ver el fútbol, aunque se reduzca el presupuesto de investigaciones médico-científicas. Nadie va a protestar. Y seguirán siendo ídolos quienes marquen un gol antes que quienes nos curan y dan calidad de vida. Se podría decir ante un virus mortal nuevo: “que te cure un futbolista”.

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